"EL PUNK ES EL CULTO QUE PROFESO, ES LA BANDA SONORA DE MI VIDA"
Pocos personajes dentro de nuestra "cholósfera" peruana han adquirido tantos adeptos como detractores; sin embargo nadie queda impávido ante la propuesta narrativa de César Gutiérrez y Bombardero. Una propuestas que el propio escritor ha calificado dentro de una estética "punk y posmoderna". En la edición del día de hoy de El Dominical de El Comercio, Enrique Sánchez Hernani realiza una entrevista el escritor arequipeño sobre la última versión de Bombardero, esta vez bajo el sello editorial Norma:
¿Quisiste subvertir en tu novela la idea de la civilización occidental?
-Sigo pensando que de lo único que se debe escribir después del 11 de setiembre es del 11 de setiembre; ese ataque es la gran subversión de nuestro tiempo. No puedo haber subvertido las ideas de Occidente, a tanto no llego, solo quise tomar polaroids de mi época.
¿Las alusiones al mundo musulmán son una crítica a los Estados Unidos?
-La crítica a truhanes tipo Bush o Bin Laden, al cristianismo y al islamismo es más que velada: es violenta.
De los dos, ¿cuál te disgusta más: Bush o Laden?
-El monstruo es uno solo. Es el Fujisinos a escala global.
¿Estarías de acuerdo en que Bombardero está hecha bajo una estética neopunk?
-El punk es el culto que profeso, es la banda sonora de mi vida. Y ese, su do it yourself, gobierna la estética de este libro, su negro contra negro, su peso, su organización indie, caótica y fragmentaria, sus 176 tipos de letras, sus 36 wingdings, eso solo podía diagramarlo alguien que poguea.
¿Cómo fue la idea de la diagramación?
-Invertí seis soles en la compra de Corel e In Design y me puse a diagramar yo mismo; las instrucciones están en Internet. Y créeme que poner cada logotipo era tocar las más altas cimas de la demencia.
¿El tono vanguardista de tu novela te ha apartado de tu generación?
-Yo me siento un de-generado. Y de lo único que me alegro es de haberme deshecho de esta cosa que estaba destrozando mi vida.
¿Te sientes un outsider?
-Me sentía, ahora ya me vendí al sistema (risas). Pero ese sistema ha respetado escrupulosamente el original. Y eso es admirable.
¿Crees que la crítica no ha hablado lo suficiente sobre tu novela?
- ¿Cómo voy a decir eso después de haber obtenido críticas tan contundentes como las de Oquendo, Lauer, Ampuero, Ortega, Montalbetti, la tuya misma, y siguen firmas? Los únicos que hablan mal de este libro son los anónimos de blog, pero a ellos no les gusta nada; encima siempre andan de muy mal humor (risas).
¿Te molestan esos blogs?
-Los blogs son una maravilla. Desayuno y me acuesto con ellos, especialmente con los comments anónimos. No sé quiénes serán sus autores, pero sospecho que Faverón está detrás de todo esto (risas).
¿De qué autores peruanos últimos te sientes cercano?
-Literariamente, respeto a Mónica Belevan, Jaime Bedoya y Enrique Prochazka. Benavides es un queridísimo amigo. Roncagliolo es nuestro Arjona y todos estamos muy orgullosos de él. A los otros no los taso.
¿Sientes que tu novela es solo para iniciados?
-Lauer dijo que no era para los distraídos, que era para los entendidos. Y sí, yo también pienso que los distraídos deben irse a leer Etiqueta Negra, una revista para distraídos.
¿Qué vas a escribir ahora? ¿Bombardero no pesará mucho?
-Bueno, la verdad es que pesa un montón. Pero hay que seguir, quiero fabricar un Finnegans electrónico con hoaxes, scratches, distorsiones, errores de la red y otros dispositivos. Y me gustaría editarlo en plasma o algo así.