01 June 2008

EL CHAVO Y SU RECHAZO A LAS NOVELAS


ENTREVISTA A ROBERTO GÓMEZ BOLAÑOS

En la sección Luces de El Comercio, Enrique Planas entrevista a un personaje legendario de la televisón latinoamericana, Roberto Gómez Bolaños, "Chespirito". La entrevista en con motivo de su próxima visita a Lima para el mes de julio, en donde estranará la obra tetral "11 y 12". Llama la atención una de su declaraciones sobre su rechazo a lectura de novelas, prefiriendo sobre éstas la historia. el ensayo y la poesía. Los dejo con algunos pasajes de la entrevista:

Usted decía que su mayor éxito , más allá de lo conseguido en la televisión, fue haber dejado de fumar. ¿Es diferente escribir libretos con un cigarrillo prendido que sin él?

Durante un tiempo sí lo fue. Coincidió con el fin de la proyección directa de mis programas en televisión. Al escribir, parecía que una palabra, una frase o una idea estuvieran en la nicotina, y yo daba una chupada al cigarrillo para encontrarlas. Llenaba los ceniceros. Eso me estaba quitando mucho aire, me lastimaba la garganta y los pulmones. Tengo un enfisema muy pequeño, pero que tendía a aumentar. No desaparecerá nunca; allí lo tengo, pero no ha crecido desde que lo dejé. Y ya van 13 años de eso.

En una entrevista decía que leía de todo menos novelas. ¿Por qué?

Me gustan mucho la historia, los ensayos, la poesía. Pero cuando descubro la intención del autor de novelas de asustarme, preocuparme o hacerme reír, me da coraje. Pero la razón más importante es el tiempo. No puedo leer todo lo que quisiera, sobre todo cuando uno va cumpliendo muchos años.

Ídolos del humor mexicano como Cantinflas o Tin Tan siempre se rodeaban en sus películas de actores sin gracia para destacar. Usted al construir al Chavo y al Chapulín supo rodearse de un elenco brillante.

Ha dicho una verdad enorme que no ha sido advertida por muchos. Más bien me preguntan si no me preocupaba que alguien se luciera más que yo en los programas. Y yo decía siempre que lo que me molestaría es que no se lucieran. El arte dramático es un trabajo de conjunto, y lo mejor es que la gente que te rodea sea buena. Uno actúa mejor si el compañero lo hace bien. Si no, es muy difícil llevar el ritmo. Esa es una de las cosas de las que presumo. No creo que sea fácil encontrar a un grupo de tanta calidad, en la actualidad o en el futuro, como fue ese elenco.

La primera vez que le ofrecieron actuar, usted tenía mucho miedo al ridículo. ¿Cuándo superó su miedo escénico?

Pues casi a la fuerza. Yo pensaba ser escritor toda mi vida, y sigo básicamente siéndolo. Pero en un programa de televisión en vivo con Viruta y Capulina, que escribía yo, faltó un actor. ¿Qué hacemos?, pregunté. ¡Pues hazlo tú, que escribiste el libreto y te sabes la letra!, me dijeron. Entré a salvar el asunto como pude y les gustó, y me pidieron que insistiera. Y me fui metiendo poco a poco. Tenía 29 años, un poco tarde para entrar a la actuación.

Usted escribió el papel de Chapulín para otros actores. ¿En quién pensó primero para llevar el supertraje?

Sí, se lo ofrecí a varios actores y todos, afortunadamente, lo desecharon. No sé por qué.

¿Se anima a revelarme nombres?

Ah, caray. No lo he dicho nunca, pero le voy a decir uno porque ya falleció: Roberto Guzmán, hermano de Magda Guzmán, una actriz muy famosa. Otro fue Héctor Lechuga, y otros cinco más.

SOBRE DON RAMÓN:

"Siempre envidié a Ramón Valdez"Roberto Gómez Bolaños siempre dice que no ha podido encontrar una explicación al éxito del Chavo del Ocho. Y no se trata de falsa modestia.

"Cuando digo eso en verdad es algo que he pensado muy seriamente" --dice--. "No encuentro la explicación por más que quiera: yo soy chaparro, bajo de estatura, pero no tan enano como para reírse de mí. Soy feo, pero tampoco de una fealdad que genere risa. Y tengo muchos detalles físicos malos para la risa; por ejemplo, la boca chica, algo fatal para el actor cómico. Como ejemplo de actor cómico siempre he puesto a Ramón Valdez, quien siempre me daba una envidia enorme, porque tenía todo humorístico. El cuerpo, la cara, la expresión y la capacidad humorística. Era un hombre muy gracioso".