En el diario virtual español, Siglo XXI, aparece una entrevista a la escritora española Espido Freire realizada por Gabriel Ruiz-Ortega. Algunas preguntas de la entrevista:
-Espido, ¿desde cuándo escribes?
Desde que aprendí. Antes contaba las historias. A mí me leían cuentos, sobre todo cuando estaba enferma, pero a mí nunca me gustó leerlos o contarlos de segunda mano a los demás. Prefería inventarlos. Pronto vi (los niños son muy sensibles a ese tipo de atención) que eso me reportaba elogios, que era algo que no todo el mundo sabía hacer. Era una niña con una necesidad enorme de evasión, y de recreación de la realidad, tendía a ser enfermiza, y muchas de esas enfermedades resultaban ser somáticas: nacían de la necesidad de expresar con el cuerpo mi malestar emocional. Las historias, de alguna manera, sanaban ese dolor.
-¿Qué escritores son los que conforman tu canon personal? Como sabes bien, hay dos clases de escritores: Los pajareros y Los hojeadores. Por tu obra deduzco que te ubicas en el grupo de Los pajareros.
Más que autores, son obras las que conforman mi canon. Hay un puñado de excepciones (Shakespeare, Poe, ese misterioso Homero, Dostoyevsky) que incluiría sin limitaciones. Soy bastante pajarera, así es. En cambio, en mi labor periodística tiendo a ser hojeadora. Curioso, ahora que lo pienso.
-¿Es cierto que desde adolescente has estado cerca de la música de cámara? ¿Cómo nació esta pasión?, ¿escuchas música mientras escribes?
No, no de la música de cámara. Yo nunca hice música de cámara. De la música antigua, como solista. No fue una pasión, sencillamente era buena para ello y durante algunos años creí que podría ser una cantante de cierto éxito. Me faltaba vocación. Vamos, dicho claramente, no lo soportaba. Ahora, a veces, escucho música, canciones que me gustan, de manera repetitiva mientras escribo un cuento o un fragmento.
-¿Haces un esquema previo al paso del abordaje de una novela o esperas que la historia ya está articulada en tu mente?
Sí, sí, yo sin un esquema no soy nada. La historia es una cosa, no siempre complicada, la estructura precisa de trabajo y de mucho amor y tiempo. O de poco amor, pero mucho tiempo. De hecho, trabajo mucho los esquemas previos. Todo lo que puedo.
-No sé si compartes conmigo esta idea, pero a mí siempre me ha parecido una verdadera tontería la taxonomía entre la literatura escrita por mujeres y la literatura escrita por hombres. ¿Qué opinas de estas divisiones?
Lo mismo que tú. Creo que si decidimos evaluar y calificar la literatura deberíamos elegir divisiones menos frívolas. Para eso está ahí la literatura comparada. Otra cosa es que la perspectiva de género resulte importantísima para la sociología, la psicología y ciertos aspectos de la comprensión de personajes