18 August 2008

EL CANON PERSONAL DE OVIEDO


SOBRE LOS EXPULSADOS DEL PARNASO PERUANO

En lo que podria calificarse de una tibia defensa, el critico Jose Miguel Oviedo escribe un articulo en el suplemento El Dominical de El Comercio, en el cual intenta refutar los ataques que ha recibido por parte de algunes escritores y periodistas que han criticado el IV Volumen de su Historia de la Literatura Hispanoamericana. Lo que no logra refutar Oviedo es la gran interrogante que muchos se han planteado en torno a la exclusion del grupo Narracion: ¿que criterios utilizo Oviedo para excluir a escritores tan importantes como Oswaldo Reynoso y Miguel Gutierrez? Los dejo con los fragmento mas importantes:

ESCRIBIR UNA HISTORIA

La primera es que yo no he tenido la menor intención de proponer un canon y, si alguien lee mi Historia con tal criterio, eso está más allá de mi control. Tampoco he escrito una enciclopedia literaria, un catálogo total de la literatura hispanoamericana, en donde (como cierta antología de la poesía peruana contemporánea) no falta nadie que haya escrito algo que tenga siquiera una vaga relación con la literatura.

Como explico en la Introducción a mi trabajo, decidí no tomar esas opciones, sino la de hacer una historia literaria que fuese un recuento crítico, una relectura y revaloración de los textos para establecer cuáles tenían alguna vigencia histórica, histórico-literaria o estética dentro del proceso general; eso supone una revisión y valoración de las obras del pasado y del presente que tuviesen validez para el lector de hoy. Traté de hacer una historia viva, vista desde la actualidad, no una simple arqueología del pasado. Establecí unos criterios para hacer esa selección, procuré aplicarlos del modo más coherente posible y, al mismo tiempo, reconocí que el esfuerzo tenía ciertas limitaciones y riesgos: los de mi información, los de mi memoria, los de mi visión crítica y mis gustos personales; es decir, señalé con claridad que la subjetividad era, como en cualquier trabajo crítico, un elemento que, inevitablemente, formaba parte de mi Historia..., escrita con la convicción de que todo es relativo y nada es permanente. Nadie lo sabe todo, pero, como decía Alfonso Reyes. "todo lo sabemos entre todos".

¿Cómo puede alguien ser entoces tan despistado, tan perverso lector como para creer que mi intención era crear un "canon" absoluto,indiscutible y, sobre todo, interpretar las necesarias exclusiones como un mero propósito de silenciar a ciertos escritores o grupos? Toda historia literaria es imperfecta y la mía, por supuesto, no escapa a esa regla. Como ellas, mi Historia de la literatura hispanoamericana contiene errores, omisiones y otros deslices que asumo plenamente apenas los descubro o cuando algunos amigos me las hacen notar. El destino de esta clase de obras es pasar al olvido con el correr del tiempo y la aparición de nuevas perspectivas críticas y nuevas ideas de lo que una historia debe ser. Quizá algunos de los que ahora sufren el pánico de no estar en la mía, alcancen en el futuro el honor de estar incluidos en las venideras y tener la amplia reparación que tan ansiosamente esperan. Sólo deben tener un poco de paciencia: nadie los ha declarado muertos y tal vez se reencarnen gloriosamente como los grandes escritores olvidados de su siglo.

LISTAS Y TEORIAS FALSAS

Me referiré ahora a dos críticas concretas que mi libro ha recibido. En su diatriba, Hildebrandt presenta una larga lista de autores peruanos que yo habría suprimido. Entre ellos están: Melgar, Felipe Pardo, Salaverry, Hidalgo, Parra del Riego, Xavier Abril, Vicente Azar, Scorza y Martos. Todo eso es falso; presento mi propia lista de referencias (indicando el volumen y las páginas) para que cualquiera pueda comprobarlo: Melgar: vol. 1, 353-54. Pardo: Felipe Pardo: vol. 2, 20-21. Salaverry: vol. 2, 117. Hidalgo: vol 3, 382-83. Parra del Riego: vol. 3, 383. Xavier Abril: vol. 3. 417-18. Vicente Azar: vol. 4, 286. Scorza: vol. 4, 98. Martos: vol. 4, 422-23.

En cambio, señala una omisión que es real y que lamento: la de Juan Gonzalo Rose. A modo de explicación diré que el hecho de haber ya incluido ocho poetas de la generación del 50 a la que él pertenece, hacía difícil agregar uno más (pues podría parecer excesivo y desbalancear el esquema general), y así tomé la difícil decisión de no ponerlo. Me arrepiento de haberlo hecho porque luego leí una colección póstuma de Rose y me pareció un poeta de singular intensidad; para reparar, aunque sea en parte esa omisión, lo he incluido en una antología de la poesía peruana contemporánea próxima a aparecer en Madrid.

Por último, en un artículo publicado en "Perú21", Juan Morillo atribuye la ausencia de Miguel Gutiérrez y otros del grupo "Narración" a mi negro resentimiento y rencor ideológico porque, hace varias décadas, me abstuve de contestar una encuesta de la revista homónima, en la que mi nombre apareció al lado de "una ominosa franja en blanco", humillación de la que habría querido vengarme ahora. La teoría es psicológicamente interesante pero tiene el defecto de ser falsa: de esa pequeña anécdota no guardaba ningún recuerdo, aunque ellos la tienen archivada para usarla en una ocasión oportuna. No, la razón por la cual esos escritores no aparecen en mi libro es otra: considero que la contribución del grupo (separo de él a Vargas Vicuña) a la literatura peruana es mucho menor de la que ellos creen y que, dentro del contexto hispanoamericano, su ausencia no es nada digna de lamentar. El problema es que cultivan un concepto de la literatura tan anticuado como su nostálgica visión de una China maoísta y de una "guerra popular" que (afortunadamente) sólo existen en su imaginación, como parte de su petrificado canon personal.