A media cuadra del Bar Queirolo, se encontraba el desaparecido Bar Las rejas. En realidad no era un bar, funcionaba como bodega en el día y en las noches fungía de bar clandestino, al cual se ingresaba con el santo y seña de la pinta de subterraneo, es decir, para poder entrar al local debías de tener la pinta de subte o de poeta o de bohemio o de simple borrachin.
Este bar adquirió fama cuando desapareció la No-Helden del jiron Chinca y con Wilson y ya no había un hueco para realizar conciertos subtes. Por otro lado, la movida sibterranea se había trasladado al jirón Quilca y es en ese momento que Las rejas adquirio notoriedad. En sus cuatro paredes albergaba a toda la movida subtes y casi todos los fines de semana se realizaban conciertos. Entre los asistentes a este antro de perdición recuerdo al Paco Miró Quesada, la china Patricia Wisar, los poetas Leo Zelada, Rodolfo Ybarra, Willy Gómez, Miguel Ildefonso, y el narrador Manuel Rilo. Lástima que el tiempo ¿o la minicipalidad? se encargo de desaparecer este bar bohemio, donde se gestó parte de la movida subterranea de Lima.