Como regalo de navidad les ofrezco a mis lectores una antología de los bares y huariques más bohemios de Lima. Inaugurando esta sección hablaremos del recordado, concurrido y contra-cultural Bar Queirolo.
Desde sus inicios, el Queirolo ha recibido en sus intalaciones a muchas generaciones de escritores, intelectuales, poetas, pintores, músicos y bohemios. En sus mesas han vivido, y bebido, muchas generaciones literarias como la de Hora Zero, el grupo Kloaka, el grupo Neón y muchos de las narradores y poetas de la generación del 90 y del 2000. Cuando he recalado en el Queirolo, sobre todo los días viernes, he visto a muchos colegas de oficio de generaciones anteriores y también contemporáneos; entre ellos: Leo Zelada, Víctor Coral, Manuel Rilo, Josemari Recalde, Carlos Oliva, Héctor Ñaupari, Rodolfo Ybarra, Miguel Ildefonso, Willy Gomez, Willy Quevedo, Roger Santibañez, Domingo de Ramos, entre otros.
Como escribiera Allen Ginsberg, en su famoso Howl, en las mesas del Queirolo "He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, histéricos famélicos muertos de hambre arrastrándose por las calles, negros al amanecer buscando una dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al dínamo estrellado de la maquinaria de la noche, quienes pobres y andrajosos y con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las ciudades contemplando el jazz".
(En la foto: el bohemio Manu Chau en una incursión al Queirolo)