31 December 2006
Rodolfo Ybarra
Respuesta a Ñaupari (de ñaupa, voz quechua que significa antiguo, pasado, por extensión anacrónico, fuera de tiempo)
La literatura peruana no sólo ha vivido en el filo de la navaja, sino que ha estado marcada por la tragedia, la mohatra y el horror, no porque el escritor quiera o no integrarse al sistema imperante, sino porque a este último no le interesa integrar al escritor (entiéndelo de una vez por todas). Ejemplos, querido amigo, sobran, desde Martín Adán, indigente a quien un presidente quiso nombrar de ministro, hasta José María Arguedas que se suicidó porque sabía que la solución al problema no estaba en la literatura, o el mismo Vallejo a quien el estado peruano encarceló del 6 de noviembre de 1920 al 26 de febrero de 1921, y tuvo que migrar a Europa porque amaba la libertad y por eso mismo luchó contra las falanges franquistas, enrolándose junto a muchos escritores, unos más radicales que otros, pero todos dispuestos a dar la vida por la causa como Rafael Alberti, Cernuda, Miguel Hernández, Alexandre, Rafael Dieste, Herrera Petere, León Felipe, Asunción Silva, Herrera Reissig, Enrique Blanch, Altolaguirre, Prados, Serrano Plaja, Gil Albert, Pablo Neruda, etc. Recordemos las palabras de Vallejo en el II Congreso Internacional de Escritores en Madrid: “Los responsables de lo que sucede en el mundo somos los escritores, porque tenemos el arma más formidable, que es el verbo. Arquímedes dijo: Dadme un punto de apoyo, la palabra justa y el asunto justo, y moveré el mundo; a nosotros que poseemos ese punto de apoyo, nuestra pluma, nos toca, pues, mover el mundo con estas armas”
No confundas, por favor, liberalismo con libertad, eso déjalo para las tribunas laxadas del neoliberalismo, o para los señoritos, hijos de los plutócratas que han pagado sus entradas para escuchar lo que quieren oír: las hurras y los vítores, en play back, al engendro del mercado, y a los grilletes y al látigo del capataz; como cuando dices “…suscribo hoy con más fuerza que nunca: el liberalismo. Lo hago convencido de que la libertad es la respuesta a la pobreza, el hambre y la miseria; (…) la libertad alienta la creatividad, la innovación, la competencia, el sacrificio, la vocación de servicio al prójimo y todos los sentimientos que hacen noble y digno al humano actor” ¿¿?? Pg.8 “Páginas Libertarias”.
En verdad me desalienta tener que escribir sobre esto, porque es lo que has logrado en “diez años de trabajo, investigación y difusión de las ideas de la libertad…” por favor, bien sabido es que el liberalismo por definición es –y aquí sí no digo nada nuevo- una doctrina que se apoya en la propiedad privada de los medios de producción y no admite injerencia del Estado. Y esto no tiene nada que ver con la libertad con la cual tratas de confundir a toda costa, mismo prestidigitador, deeler de tragamonedas u orador equívoco o siniestro como si fuese un discurso de algún animal político para ganar votos a las pobres masas que permanecen sumergidas hasta el tuétano en las aguas servidas de la ignorancia, y que no pueden elegir entre lo que le hace bien o lo que le hace mal.
Todos amamos la libertad –salvo algún espíritu sadomasoquista- eso no está en discusión, el problema está en que tú crees que a través de una determinada doctrina económica vas a alcanzar el nirvana, el erebo, el limbo, el éxtasis de la libertad; creo que lo que tú buscas en el fondo es el libertinaje, que es un vicio propio de las sociedades desequilibradas, la satisfacción de los placeres no tiene por qué arrastrarte a doctrinas torcidas y vendepatrias, o de repente aprendiste mal el discurso o asististe a “la escuela del mundo al revés” detallado por Galeano, donde el plomo aprende a flotar y el corcho, a hundirse.
Claro, no olvidemos al “maestro” Milton Friedman, quien habla de “la tasa natural del desempleo” y a Richard Herrnstein y Charles Murray quien por “ley natural” comprueba que los negros están al final de la escala social; ah, y no olvidemos tampoco a los mormones –la iglesia del capitalismo- quienes atribuyen el color negro a una indecisión angelical por no apoyar ni al demonio ni a dios, por eso el “castigo” del color oscuro.
Sé y te lo dije en la anterior misiva que tu discurso es sincrético, pero no nos confundamos y quieras hacer pasar gato por liebre, porque esa libertad no llega porque tú la pidas de rodillas o la escribas en verso y la arrojes al pozo de los deseos; la libertad llega por conquista tal y como el detalle del cuadro de Eugéne Delacroix, jefe de la escuela romántica, que ilustra tu libro, en que “la libertad” está flanqueada por un libertario con fusil y un jovenzuelo con una pistola; obsérvalo bien y luego no digas que “el fusil, la violencia y la muerte” están al margen de todo “cambio provechoso” como sugieres enfáticamente en la pg. 133 de tu libro o modelo para armar.
Revísate y cuestiónate. No estoy proponiendo NADA, simplemente estoy interpretando lo que tú no quieres leer ni ver, colocándote el velo que los regentes quieren, y hablando lo que éstos te susurran al oído o te dictan en amobladas oficinas.
Somos “amigos” y la amistad no tiene por qué hacernos cómplices de nuestros equívocos o perversiones, entonces digamos la verdad y busquémosla, no con vicios lógicos o construcciones sinuosas y mal intencionadas, acaso hay alguien o algo detrás de ello cuyo beneficio es menester tener a escondidas porque se resuelve en alguna cuenta encriptada. No voy a discutir tu condición de burócrata, eso dejémoslo para los charlatanes coprófagos amantes de los chismes de peluquería y habitantes de las cloacas blogísticas que suelen asomar como ratas en el mundo literario. A veces es bueno escribir poesía con la barriga llena de cerveza (o con la cabeza llena de humo, dirías tú) pero yo no puedo escribir poesía con la corbata apretándome el cuello, tampoco podría escribir sobre amor o erotismo cuando mis tutores me están obligando a escribir un discurso para mandar al pueblo al matadero sin que ellos se den cuenta.
Lo que se discute es que la vindicación del escritor no puede incluir solo una lucha reivindicativa (o sea mejores tratos editoriales, mejores sueldos, seguro, etc.) sino que esa lucha se debe enmarcar en una lucha política en la que deben de estar incluidos los maestros, los médicos, los policías honestos, los agricultores, los obreros, etc. He ahí el error que tienes que subsanar sin aliento demagógico y sin insinuaciones cantinfleras; y no veamos la cara amable de la luna, o veámosla, pero veamos también la otra cara, la monstruosidad que produce países como Francia y Estados Unidos, que anotas como ejemplos para “realizarse” como escritor; no olvidemos ese huracán que con un soplido en Nueva Orleans nos develó el estado calamitoso en el que vive la gente de color, que condolió tanto al mundo que hasta Cuba preparó ayuda con médicos y todo incluido, y no nos olvidemos que USA tiene uno de los más altos índice de tuberculosos (cifras de dos dígitos muestran las estadísticas silenciadas de ciertos grupos de oposición) sin contar que es el trabajo, la principal fuente de stress arriba de los divorcios tan celebrados y el miedo propio a la muerte.
Y no olvidemos a esa Francia del 98 que tuvo que reducir la semana laboral de 39 a 35 horas por la presión popular, y que produjo una protesta sin precedentes de los empresarios engancha esclavos, los políticos, mancebos y guardianes del dinero de sus amos y los tecnócratas, los tontos útiles que le buscan explicación o disculpas a la tortura y al trabajo forzado.
No soy amante de la destrucción –hematólatra, diría Menéndez y Pelayo- ni de la vida miserable como me endosas hábilmente en tu última misiva. Aquí simplemente hay dos caminos: o se es vanguardista, revolucionario, humanista, o se es reaccionario, felón, retardatario. Y claro al centro, que no es ninguna opción, los oportunistas, los sin banderas, los acomodaticios, los que se suben al bus en marcha, los que nunca meten las manos al fuego por nada, los que miran la masacre detrás de la ventana, los camaleónicos, los que siempre están bien con todos y brindan con el verdugo en el confesionario y con el condenado en el cadalso. Y al parecer tú ya elegiste y has demostrado ser un maestro de las stand comedy al proyectar una coronación que tú sí celebrarías más que Chocano, más que los reyes católicos o el rey Ubú.
Tus falacias y verdades a medias podrían hacer creer a terceros que yo soy un propulsor del Proletkult que fue una asociación para “preservar las creaciones artístico literarias” de la revolución rusa, engendro que detesto como las ideas de Vladimir Kirillov quien dijo: “En nombre de nuestro amanecer, quemaremos a los rafaeles, destruiremos los museos y pisotearemos las flores del arte”, ideas reaccionarias como las que promueve el neoliberalismo en el cual te encuentras erróneamente reclutado.
Desatemos las anfibologías y triquiñuelas que elaboras al más puro estilo de los filosofastros, quienes estarían contentos de tener un discípulo tan destacado. ¿Cómo es que me parece malo que mis compañeros y amigos vivan en otros países?, esto tiene el tufillo de una envidia que no me corresponde, aplaudo a los que pudieron saltar el cerco, a todos los espaldas mojadas, los peruchos, colochos, sudacas al fin, que lograron cruzar la frontera evadiendo las minas personales o becados por su valor intelectual, mi solidaridad con ellos y mis respetos; ellos eligieron salir de este país por diversas razones entre la que está principalmente la económica, la académica, los nuevos horizontes; y muy por el contrario a lo que tú piensas, ellos –en su mayoría- embanderan no una lucha por el capitalismo, sino una lucha sutil y de perfil bajo como ciudadanos residentes, por derribar ese sistema oprobioso que tú aplaudes con una compulsión patológica. Ahí tienes a Victoria Guerrero, Enrique Bernales, César Ángeles, cuyos ensayos y cuya revista “Intermezzo Tropical” merece mi atención. Sé que De Lima y Santibáñez mantienen sus posturas ideológicas. Es decir, ellos cambiaron de lugar como en un movimiento de ajedrez, pero no pasaron de piezas blancas o negras al bando contrario; sus ideas se mantienen o se han visto fortalecidas, imagino que al observar in situ las miserias que aquí de lejos nos imaginamos: el trabajo extenuado, la maquinaria que oprime al hombre y despierta voraces apetitos trayendo guerra y destrucción y estoy pensando en los 31 millones de despedidos –del 98 al 2003- que viajan sin rumbo por las calles de China, que como sabemos su economía ha sido arrojada de lleno en el pozo sin fondo del neoliberalismo.
Claro, amigo Ñaupari, no tiene nada de malo trabajar para la burocracia pública o privada, lo malo es ser un mal burócrata y no servir, sino servirse del empleo cualesquiera que este sea. Si se está tan orgulloso de un puesto y de un sueldo, por qué no donar parte de ello a tanto niño hambriento, por qué no irse de voluntario (que es la principal fuente de desarrollo y palanca en los países de vanguardia) en tanta organización que hay; conozco de varias que necesitan de manos y de buenos cerebros. Te doy un dato: por ejemplo “Mundo Libre” que protege y enseña oficios a los niños de la calle, ubicado en Jesús María donde tengo un familiar que no cobra ni un sol. Ah, claro, me olvidaba que para ti los títulos académicos son importantes y descrees de los que no lo tienen (como anotas en tu libro en la pg. 129), pero, ¿es más importante ser docto o ser doctor? –Denegri dixit-. Es más importante conocer una realidad o parecer aparentar que se conoce cuando en realidad no es así. Por ejemplo, cuando dices que ya no hay ninguna organización que defienda a los escritores y nombras la fenecida ANEA como un precedente; por cierto estuve ahí hasta el último momento junto a muchos escritores y artistas que hicieron buenos intentos, recuerdo alguna vez hicimos una exposición de poesía visual, pintamos las paredes y colocamos un mural para apoyar y sincerar nuestras luchas y demostrar a la sociedad, al gobierno de turno, los alcaldes, la beneficencia, que existíamos (¡Qué ilusos éramos en esos tiempos!) Al final acabamos en la calle y nunca te vi ni en sombra por ahí, y lo irónico es que ahora el recinto es un mercado, una galería, cosas del sistema que tú alientas hasta el paroxismo; “daño colateral” lo podrías llamar.
A veces las luchas individuales suelen ser más importantes que los discursos engolados propios de hipnotizadores de serpientes. Y estoy pensando en casos particulares como el de mi amigo Gonzalo Portals que todos los domingos visita religiosamente el penal de máxima seguridad Castro Castro, no porque su concepción ideológica lo obligue a ello -Portals ni siquiera es materialista dialéctico- o porque tenga algún amigo o familiar caído en desgracia, sino porque ha comprendido que así se sana este país, haciendo lo que le toca a cada uno, en su caso, talleres literarios silenciosos, trabajando desde abajo y solo sin ningún apoyo y sin ningún deseo de notoriedad o algún diploma del viejo estado. Él –aparte de ser un destacado poeta- es un voluntario de la vida, un sprit de finesse.
O el aedo Gerson Paredes, quien apoya solitariamente al pueblo joven Pachacútec y con quien estuvimos en varios recitales en el cerro que el bautizó como “Cerro Gorila”, y ahí donde el agua sólo llega en cisternas y donde la luz es sólo el relampaguear de una luciérnaga. El pueblo es agradecido y hasta me quisieron dar un pedazo de tierra, pero no lo podía aceptar –aunque me vi tentado a ello- porque eso significaba dejar sin terreno a alguien que lo necesitaba más que yo.
Acciones o gestos bellos y dolorosos como nuestro amigo Róger Santibáñez quien se cortó las venas en la plaza San Martín sosteniendo “el péndulo bicolor” en un, también, solitario acto de protesta contra el sistema aberrante que se sostiene con la vara y la pistola y las leyes que atrapan en su red a toda una nación manteniendo la mordaza y el oprobio.
O si quieres algo de historia, para no hablar de los amigos sin su consentimiento, podemos mencionar al mismo Cervantes quien peleó por sus ideas en la batalla de Lepanto y donde perdió para siempre la movilidad de la mano izquierda. O González Prada quien al estallar la guerra con Chile se alistó como soldado y luego de la derrota se encerró y no quiso salir hasta que por fin se decidió por crear el “Partido Unión Nacional” (1891). O el escritor venezolano Blanco Bombona (1874-1944) cuyo destierro duró un cuarto de siglo y que tuvo una larga prisión en Caracas por motivos políticos. O José Martí quien luchó para liberar a su país de la opresión española y al que Rubén Darío le dio su apoyo en 1893 cuando se presentaron juntos en Nueva York. O Miguel Angel Asturias enfrentándose solitariamente contra el imperio de la United Fruit, empresa yanqui que dominó por largo tiempo a América Central. Y sería demasiado mencionar a Roque Dalton o a Javier Heraud, poetas y arcángeles rebeldes y combativos.
He caminado mucho como para saber y “conocer” a la gente por los ojos o dando un apretón de manos. He sido voluntario ad honorem en un montón de organizaciones que tú ni imaginas que existen, donde no funcionan los tarjetazos, los malditos diplomas o los títulos universitarios que sólo sirven –en algunos casos- para inflar el pecho y alimentar la soberbia y la desidia. He visto cómo se muere la gente en los brazos de uno; visita por ejemplo la asociación de las Madres de Calcuta que funciona en plena Parada entre la avenida Aviación y 28 de julio y mira las largas colas de los indigentes enfermos que ya no pueden internarse porque no hay más espacio y sólo esperan recibir un poco de comida y morfina para esperar a la muerte al menos con algo en el estómago y sin dolor.
Amigo Ñaupari, es fácil ser poeta mirándose el ombligo, pasee Ud. por el mundo dese “un par de vueltas por la realidad”, salga a las calles, lea al mundo que le ha tocado vivir. Toque los muros pultáceos donde de seguro hallarás un poema que te diga más de lo que yo digo aquí.
Para terminar y esperando que estas palabras no sulfaten nuestra amistad, sino que por el contrario te hagan reflexionar con los pies en la tierra, ahí donde no existe el parquet bien lustrado o las mayólicas de alabastro. Sé que para escribir poesía es necesario de la sensibilidad y apelo a ello y los largos años que nos conocemos para que endereces el camino, muéstranos que la inteligencia no debe estar coludida con el crimen y la barbarie -¡vamos Héctor!- sólo ahí ya no te verás solo sino acompañado de los que siempre estuvimos ahí: en el epicentro del caos, y no nos movimos ni por un instante en las luchas cuerpo a cuerpo con el monstruo del sistema, apretujados en un pasaje que da a palacio de gobierno, junto a los subtes con nuestros puños blandiendo en el aire, defendiendo nuestra libertad y luchando contra la tiranía, y los usos y abusos del mercado, y la corrupción institucionalizada, nada ha cambiado, todos siguen en sus puestos, nunca bajamos la guardia, ni cuando nos torturaron y golpearon en las mazmorras de seguridad del estado para delatar a los amigos –inocentes de todo-, ni en el velorio de los poetas, plásticos, bohemios que se fueron por voluntad propia porque no podían aguantar esta cruda realidad, nombres sobran como en Fuenteovejuna. Tú decides. La historia, al igual que al Heliogábalo –no el de Artaud, sino el real, el que vivió 18 años- te juzgará.
30 December 2006
En la pagina literaria Letras S5 acaba de aparecer una entrevista a Guillermo Niño de Guzmán realizada por el narrador Gabriel Ruiz-Ortega. A continuación, algunas preguntas de esta interesante entrevista:
- Guillermo, todo indica que no eres un escritor prolífico, sin embargo, tus libros de ficción se resisten en abandonar la parcela del olvido. En el caso de Caballos de medianoche, ¿cómo lo ves a ya más de veinticuatro años de haber sido publicado?
- Como un libro primerizo, con todos los aciertos y errores que ello supone. El problema inherente a todo primer libro es la falta de experiencia del autor. No sólo en cuanto a la vida sino en lo que concierne al trabajo del lenguaje, a la búsqueda y depuración de un estilo personal. Mirando eselibro con los ojos fríos de hoy quizá lo más rescatable sea la creación de determinadas atmósferas y de un tipo de personajes. Me refiero a esos ambientes lúgubres, mortecinos y sórdidos, así como a la desolación y sensación de derrota implícitas en la mayoría de los personajes. No me gusta releer lo que he escrito porque suelo encontrar fallas debidas a mi inexperiencia o falta de mesura. Recientemente tuve que volver a leer el relato "Carta a París" de aquel volumen -que, dicho sea de paso, es una historia que nunca me gustó mucho por su truculencia y porque aún no había conocido París y, por tanto, estaba basada en una información de segunda mano-, ya que me lo solicitaron para una antología (Pasajeros perdurables). Al releer el cuento percibí sus debilidades y me vi obligado a hacer una revisión minuciosa antes de enviarlo al editor. Desde luego, no creo que haya mejorado demasiado (¡hay varios remiendos!), pero, en todo caso, resulta menos deficiente que antes.
- Manejo la idea de que la poesía y el cuento están muy ligados en el detalle, digamos que se linda con la relojería. ¿Qué es lo que te atrae del cuento?
- Lo que me atrae del género breve es la concisión y la capacidad de concentrar todo un mundo en un instante. Hay escritores que edifican casas e incluso grandes edificios, mientras que yo me conformo con construir una habitación. A veces, incluso, con sólo una ventana por donde poder mirar. Por otra parte, a diferencia de la novela, en el cuento todo resulta esencial. En ese sentido, se acerca a la poesía y yo siempre he admirado mucho a los poetas (aunque soy incapaz de escribir un par de versos). Asimismo, creo que todo es cuestión de aliento creativo. Yo soy un gran lector de novelas y, sin duda, me gustaría ser capaz de escribirlas. Sin embargo, creo que ocurre algo similar a lo que se observa en el ámbito de los corredores: hay expertos en distancias cortas, medias y largas. Yo no puedo correr un maratón, ni diez mil o cinco mil metros, pero sí cien, doscientos y cuatrocientos metros planos. Y, quién sabe, tal vez me anime a probar en unos ciento diez metros con vallas...
- La primera vez que te vi tenía quince años, y te vi en televisión, en una entrevista que te hiciera Jaime Bayly. Lo recuerdo bien porque ese día falleció Julio Ramón Ribeyro y le rendiste un homenaje descorchando una botella de vino en pleno programa. Creo que nunca olvidaré un homenaje así. Tú fuiste uno de sus amigos más cercanos, ¿qué es lo que más recuerdas de él?
- Su complicidad. Bajo su apariencia tímida y distante, de cierta tristeza y apatía, ardía el corazón de un muchacho de barrio que había hecho todas las mataperradas de la infancia y adolescencia, y al que le entusiasmaba la camaradería y ese "esprit de corps" que caracteriza a un estrecho clan de buenos amigos. Por desgracia, durante gran parte de su vida el autoexilio que se impuso y una salud endeble fueron minando sus ganas de aventura. Sin embargo, tuvo el acierto de compensar esta situación arrojándose de lleno a la literatura, donde dio rienda suelta a sus pulsiones más íntimas y desveló su mirada escéptica e implacable. Lo curioso es que, si se lee con atención su obra -sobre todo, sus diarios-, se puede descubrir que no era nada indulgente consigo mismo, Por el contrario, era muy conciente de sus debilidades, yerros y fracasos. Para mí, pese a la gran brecha generacional que nos separaba, era como un amigo de mi edad. Sus tres o cuatro años finales fueron intensos, si no felices, ya que, para sorpresa de todos, decidió dejar de reemplazar la vida con la literatura y se zambulló en la aventura como un joven inflamado de ardor guerrero.
28 December 2006
VÍCTOR CORAL, ¡EL ESCRITOR MÁS SEXY DEL AÑO!
Durante estos últimos días dejé a un lado mis labores docentes para dedicarme a realizar una encuesta anónima entre el público femenino lector del presente blog y entre las escritoras mujeres, poetas y narradoras, de las décadas del 80, 90 y 2000, para elegir al escritor más sexy del año.
Confieso que la nómina preliminar fue muy difícil de elaborar, pero después de muchas noches de insomnio involuntario y por consejos de personas allegadas al tema, elaboré una lista de 5 escritores jóvenes que publicaron este año, entre ellos Santiago Roncagliolo, Daniel Alarcón, Ezio Neyra, Miguel Ildefonso y el ganador, Víctor Coral. Debo confesar, también, que la eleccion fue muy ardua debido a las cualidades físicas de los contrincantes, pero despues de mucha deliberación y debate, fue elegido por el aplauso femenino el autor de Rito de paso y administrador de Luz de Limbo.
Entre las cualidades que inclinaron la balanza hacia Coral, dejando a un lado a Santiago y Ezio, están las siguientes:
"varonil, seductor, galante, respetuoso, atlético, genera la humedad interior en las féminas, el extasis de las cuarentonas, el sueño dorado de las quinceañeras, el adonis de las letras peruanas...".
Desde este humilde blog saludamos y celebramos la elección de nuestro colega y realizamos votos para que el próximo año continúe ostentando el cetro que le ha dado el público femenino.
TRAVESURAS DE LA NIÑA MALA, EL LIBRO DEL AÑO EN EL PERÚ
Aunque la noticia se veía venir, finalmente, hoy día, en la seccioón Luces de El Comercio, se anuncia a la última novela de Vargas Llosa como el libro más leído del año. La nota dice lo siguiente:
Dice la sabiduría popular que el Perú es tierra de escritores. Y a la luz de los últimos años, es lo que con mayor calidad y constancia hemos producido. Por eso, no sorprende que la última obra de Mario Vargas Llosa, "Travesuras de la niña mala" haya sido el libro más leído en el Perú durante el 2006, según la librería Crisol. En la lista, que incluye diez títulos, seis de los autores son peruanos.
"Travesuras de la niña mala", publicada en mayo de este año, cuenta la historia de una pareja que se conoció en la Lima del cincuenta y que a lo largo de cuatro décadas se reencuentra en distintas ciudades del mundo, como París, Tokio, Londres y Madrid.
Esta no es la primera vez que este libro obtiene una distinción de este tipo. A mediados de años, la obra de Vargas Llosa fue la más vendido en la 65ª edición de la Feria del Libro de Madrid.
En el segundo lugar de la lista d Crisol se encuentra "Abril rojo", del novelista peruano Santiago Roncagliolo, que este año obtuvo el Premio Alfagurara gracias a esta obra, que lo convirtió en una de las voces jóvenes más importantes de la literatura latinoamericana.
Un peldaño más abajo, está "Cuentos chinos", del periodista argentino Andrés Oppenheimer, que viajo por China, Irlanda, la República Checa, Estados Unidos y media docena de países de América Latina para desenmascarar algunos de los mitos económicos y sociales del mundo contemporáneo.
En el cuarto lugar se encuentra "Harry Potter y el misterio del príncipe", la sexta entrega de la saga escrita por J. R. Rowlling, mientras que en quinto está "La hora azul", de Alonso Cueto, ganador del premio Herralde 2005.
La lista la completan "Lima bizarra" (Rafo León), "Y de repente un ángel" (Jaime Bayly), "La bruja de Portobello" (Paulo Coelho), "La gran revolución de las grasas" (Sacha Barrio) y "Perú: tierra de Incas" (José Helfer).
27 December 2006
EL PESIMISMO DE SARAMAGO
Leo en la edición de hoy de El Comercio la siguiente nota sobre José Saramago y la navidad:
El Nobel portugués José Saramago considera que la época navideña, caracterizada por el consumismo y despilfarro en los países ricos, supone "vivir en una burbuja que nos defiende de lo que pasa afuera, donde hay personas que no tienen ninguna esperanza".
El escritor portugués ha destacado, con un discurso tremendamente pesimista, que esta situación es uno de los dramas de la humanidad y ha advertido que lo que está pasando es un crimen.
Entrevistado por la agencia de noticias española Efe, Saramago recuerda que nunca se ha podido vencer el hambre y la miseria. "Pero ahora hay muchos más ricos que hace 50 o 100 años, mientras los pobres se han multiplicado. Hay que tener en cuenta que la distancia entre los que tienen y los que no tienen solo guarda paralelismo con la distancia que existe entre los que saben y los que no saben, y los que no tienen son los que no saben, por lo que son condenados desde que nacen", explica el célebre escritor lusitano.
"Este mundo no tiene solución, no nos merecemos la vida", sentencia el Nobel de Literatura de 1998. Saramago ha apuntado que se debe ver si la paz realmente es posible, porque hasta ahora no lo ha sido, en parte porque imaginar al hombre como un ser pacífico es completamente imposible. "El hombre es el único animal que tortura a sus semejantes, por lo que no nos merecemos mucho respeto como especie", dice el escritor.
Saramago se ha mostrado también muy pesimista respecto del futuro de Europa, que, según él, no está definido. "Al fin y al cabo, es un proyecto social que ha fracasado, porque no logra conciliar intereses, ya que cada uno está tirando por su lado", comenta.
26 December 2006
RECUENTOS LITERARIOS DEL AÑO
Muchos blogs literarios se han animado a hacer sendos recuentos del año, como alternativa a los recuentos periodísticos y en respuesta a algunos recuentos "sesgados" realizados por determinados críticos. En el blog de Gustavo Faverón se menciona el siguiente recuento:
En el Perú, mi primera elección es transparente: la novela del año, creo yo, fue Travesuras de la niña mala, de Mario Vargas Llosa (en su momento escribí una reseña de ella para El Dominical). Y luego de esa maravillosa novela de amor episódico y tan retorcido que acaba por ser conmovedor, mi siguiente elección tiene que ser El fondo de las aguas, de Peter Elmore, de la que también algo dije en su momento. Mi libro de cuentos del año fue la segunda versión en español de Guerra a la luz de las velas, de Daniel Alarcón.
Más allá de la literatura peruana, mis novelas favoritas fueron las dos breves que integran Suite Francaise, de Irene Némirovsky, libro aparecido en francés en el 2004 y en inglés, la versión que he leído, este 2006. Mi libro de cuentos preferido este año ha sido otra traducción al inglés: Blind Willow, Sleeping Woman, del genio japonés Haruki Murakami.
Por su parte, Iván Thays, en su blog, presenta como un recuento de lo mejor del año lo siguiente:
EL MAR, de John Banville (Anagrama). La novela tiene una estructura pendular, que va del presente al pasado, de la vida a la muerte, de la descripción de anécdotas externas a la aguda introspección del protagonista, un historiador que pierde a su esposa y decide viajar hasta el balneario donde tenía casa de niño.
THE MASTER: RETRATO DEL ARTISTA ADULTO, de Colm Toibin (Edhasa). El retrato de los últimos años de la vida de Henry James y su fallida incursión en el teatro genera no una novela paródica, como la de David Lodge sobre idéntico tema, sino una indagación sobre las contradicciones de un hombre lleno de zonas oscuras, y la intermitente luz de un artista que se aprovecha de ellas para crear relatos inolvidables.
TRAVESURAS DE LA NIÑA MALA, de Mario Vargas Llosa (Alfaguara). Siguiendo a la "niña mala" a través de países, años y décadas, el protagonista construye una vida paralela a su realidad de traductor; una vida intensa aunque casi ficticia basada en un amor lleno de mentiras, pero absolutamente verdadero, mientras la vida real oscila entre el dolor y el aburrimiento. Un tributo a las heroínas de las novelas francesas del XIX.
TODA LA SANGRE, antología a cargo de Gustavo Faverón (Matalamanga). Estupenda muestra de cuentos peruanos sobre la violencia terrorista y su réplica militar en los 80. Aparecen autores de estéticas divergentes, comprobando que la pluralidad es el signo literario peruano, pese a quien le pese. Faverón acompaña la selección con un análisis riguroso y también polémico, al incluir un par de cuentos de los años 70 que explicarían el origen de la violencia.
EL FONDO DE LAS AGUAS, de Peter Elmore (Peisa). Uno de los fenómenos más interesantes es aquel que llamo "Alphavilles peruanas", que consiste en crear ciudades apocalípticas, muchas inspiradas en la propia Lima. La obra más lograda de este género es esta novela estupenda que, a través de referencias a obras consagradas, y de género (policial y hasta gótico), construye una metáfora sobre la marginalidad y la corrupción pero también la reconciliación a través de la memoria.
Lo que me llama la atención es que más alla de esos dos recuentos literarios la blogósfera se ha quedado en el limbo. Esperemos que en los próximos días alguien se anime a dejar de lado los publicherrys para dedicarse a postear algo sobre literatura.
25 December 2006
LA NAVIDAD SEGUN CUETO
Es la Nochebuena. Un hombre llamado Scrooge trabaja en su oficina. No está solo. Lo acompaña su fiel empleado Cratchit, congelado de frío como consecuencia de la mezquindad de su patrón. Fred, el sobrino de Scrooge, llega a verlo. Lo invita a una comida de Navidad al día siguiente. Scrooge se niega. Luego vienen dos hombres a pedir donaciones de caridad para los pobres. Scrooge los bota y llega a decir que no estaría mal si unos cuantos pobres se muriesen, para contrarrestar el exceso de población. Por fin, Scrooge le ordena a su empleado Cratchit que se vaya con la condición de que venga temprano a trabajar al día siguiente. Scrooge regresa a casa. Tiene un cuarto oscuro, sin muebles, muy frío.
Esa noche oye ruidos. Aterrado, ve aparecer el espectro de su antiguo socio, Marley. Marley está envuelto en una cadena que tiene adheridas las cosas metálicas que le han importado en la vida: llaves, alcancías y otros objetos. Su condena es vagar por el mundo y preocuparse por los seres humanos, pues nunca lo hizo en vida. Marley le dice que sabe que la cadena de Scrooge es más larga que la suya y que debido a su avaricia, él ha ido agregando objetos metálicos en ella. Le dice que recibirá la visita de
tres espectros durante la noche: el del pasado, el del presente y el del porvenir.
Scrooge no le cree hasta que recibe las visitas. El espectro del pasado le recuerda la muerte de su hermana y los maltratos de su padre que no lo visitaba ni en Navidad. El espectro del presente le muestra cómo está celebrando la Navidad su empleado Cratchit junto a su esposa y a su hijo enfermo, el dulce Tiny Tim. Pero el espectro del futuro es el más amenazante. Está vestido de negro, del que solo se ve la mano acusadora. Le muestra a la familia de Cratchit que ha perdido a Tiny Tim y a su propia muerte
atormentada y solitaria, y los comentarios de la gente sobre su vida pasada. Con el corazón traspasado por la pena y el remordimiento, Scrooge sabe que puede cambiar ese futuro solo si él mismo cambia. La revelación de estos hechos cambia su vida.
Esta Historia de Navidad fue escrita por Charles Dickens y publicada el 19 de diciembre de 1843. La edición se agotó en tres días y la noche del 24 no quedaba un ejemplar. Desde entonces se ha reeditado infinidad de veces. Su mágica inocencia aún es capaz de emocionar a muchos. Se han estrenado muchísimas películas y musicales basados en el relato. Incluso la famosa Es una vida maravillosa, de Frank Capra, es considerada una variante. Un dato curioso: Dickens estaba agobiado por una deuda y decidió que escribir una historia navideña podía ayudarlo. Tuvo razón. Irónicamente, un relato contra la avaricia le dio más dinero que cualquier otro. Sin embargo, su relato sigue siendo poderoso. Sincero y candoroso, en el mejor sentido. Una feliz Navidad a todos los lectores de esta página.
BORGES EN YOUTUBE
Me entero por el blog de Gustavo Faverón de la existencia de esta adaptación cinematográfica de uno de los cuentos más celebres de Borges, Las ruinas circulares. La música que acompaña a la cinta es verdaramente alucinante. Mucha atención. No se la pierdan
Raúl Alfonso Allaín
Base de maquillaje blanca, nívea y ojos delineados de color negro conjeturados con ropa del mismo color y por encima de todo una actitud negra también, conducta que sugiere evocar misterio pero que es ridiculez pura, e incentivar el miedo ante cualquier muestra de objeción ante su posición estólida, revelante de su necesidad de atención para con cualquier ser, que siendo racional repudiaría esta actitud.
"La necesidad de inspirar misterio puede llegar a crear una seudo-secta entre las personas de igual principio, misterio que exaltado no llega al miedo sino a la más grotesca ridiculez"
El ridículo que causan, es culpable del desprecio de conservadores, máximos y mínimos, que con roce en la razón rasgan mi pasión por la música y el concepto actual-social del metal que este genero lleva como una cruz casi tan pesada como su verdadera lógica.
Puedo recordar como esta sensación conservadora abarcó casi toda mi niñez, prejuzgando al igual que muchas personas a cualquier persona involucrada con el "metal".
"La visión conservadora con respecto al metal refleja drogas, sexo, críticas sin razón. La razón los acompaña en parte pero sólo porque han visto el rostro de la verdad"
Mi concepto sobre el metal fue dinamitado al conocer unos compañeros de salón con los cuales fui partícipe de catarsis musicales, en un estudio de rock. La pasión para con el metal de estos amigos, sen contrapuso al erróneamente idealizado "metalero", con púas en los brazos, maquillado drogado y con actitud escasa de razón. Estos compañeros se vestían casualmente, e incluso esto también les importaba poco, el maquillaje los consideraban innecesario y propio de las mujeres, y la droga un destructor de vidas.
Pasó el tiempo, y ellos se presentaron en un concurso muy importante que abarcaba todo tipo de genero musical y el resultado fue un meritorio cuarto puesto en general, siendo el máximo representante del metal en este concurso pues ningún otro grupo de metal quedó en mejor puesto que ellos. Es así que me decidí a hacerles unas preguntas sobre este género lleno de prejuicios, por parte de una gran multitud.
¿Qué opinan de los "fans" que se visten con ropa oscura, se maquillan, se peinan estrafalariamente; y ustedes que serían los más indicados no lo hacen?
Que ellos sin querer, son los culpables de las opiniones destructivas que hay sobre el metal. Y nosotros no vestimos así porque la ropa no hace al músico, y como personas pensantes es también aplicable este pensamiento.
¿Y de los músicos que tienen esta actitud?
Muchos músicos lo hicieron como una forma de protesta, y de separarse de tendencias imponentes en el vestir. Pero otros muchos también lo hacen por un fin comercial y para tapar sus deficiencias musicales; todo esto por obtener más dinero.
Si quieren escuchar la música de estos compañeros pueden entrar aquí:
www.purevolumen.com/black_dinasty
Después de concluir esta conversación, terminé de entender la culpabilidad compartida sobre el concepto social del metal. Esta culpa abarca a los "fans" que equívocamente tratan de hacer de un grupo una religión, y se imponen imitarlos no transmitiendo un porqué razonable, así no aprenden a desarrollar una propia personalidad, y mas bien andan succionando cuales pulgas sedientas de sangre la personalidad de sus artistas quienes en gran parte no quieren ser imitados por esta misma razón (la personalidad), porque inclusive hay muchos otros que dejan de lado estas ropas, contrastando con los que si las usan con el repudiable fin comercial.
La otra parte de la culpa es de las otras personas que solo se fijan en el rostro del metal que metafóricamente no se halla maquillado, porque si hay que rescatar algo de los bien y mal llamados "metaleros" es su sinceridad, no usando como maquillaje una donación hipócrita que sirva como el mejor tamizador para esas arrugas artísticas y mentales, que traen abajo el verdadero sentido de lo que está bien o mal, y que han puesto al mal como exclusivo del metal, convirtiéndose en un error social, pues en todo género puede haber desviaciones sociales, dignos de preocupación existencial.
"Dedico este artículo a mis amigos Juan Carlos Y Juan Manuel Breña (Black Dinasty) y en especial a mi prima Andrea Cevallos que a pesar que esté lejos, siempre la tengo presente por todo el cariño que le tengo"
EL RECUENTO DEL AÑO SEGUN RGV
El día de ayer domingo, en la sección Luces de El Comercio, aparece el recuento de libros del año por Ricardo González Vigil. A continuación la nota:
RELIEVE INTERNACIONAL
La buena racha del año pasado continuó el 2006 con premios internacionales aun más relevantes. Aparte de los que suele cosechar Mario Vargas Llosa en el mundo entero, nuestros poetas hicieron de las suyas, merecídisimamente: Carlos Germán Belli ganó el Pablo Neruda que otorga el Gobierno Chileno; Blanca Varela, el García Lorca (Granada), y Arturo Corcuera, el Casa de las Américas (Cuba). Y, en lo referente a la narrativa, Santiago Roncagliolo se consagró como el novelista más joven laureado con el Premio Alfaguara (Madrid).
OBRAS COMPLETAS
Figura fundamental del costumbrismo, Manuel Ascensio Segura carecía de una edición de sus "Obras completas", vacío cubierto esmeradamente por los dos tomos anotados por Alberto Varillas Montenegro (U. de San Martín de Porres). Otro tanto ocurría con el principal costumbrista de comienzos del siglo XX, Leonidas Yerovi; sus escritos fueron compilados en tres tomos por Juana Yerovi y anotados por Marcel Velásquez (Congreso).
CUENTO
Obra reunida: Tres autores de consideración: "Narrativa completa", de Clemente Palma, dos tomos a cargo de Ricardo Sumalavia (U. Católica); el primer tomo de "Narraciones", de Oswaldo Reynoso (U. Ricardo Palma) y los "Cuentos completos", en dos tomos, de Alfredo Bryce Echenique (Peisa). De otro lado, "La sombra interior" (Laberintos), de Jorge Valenzuela, talentoso narrador surgido en los años 80.
NUEVOS LIBROS
Ratificaron su maestría verbal Edgardo Rivera Martínez con "Danzantes de la noche y de la muerte" (Alfaguara), Luis Enrique Tord con "Fuego secreto" (U. Ricardo Palma), Oswaldo Reynoso con "Las tres estaciones" (INC) y Fernando Iwasaki con "Helarte de amar" (Páginas de Espuma). Fue un acontecimiento la traducción al español, con cuentos añadidos, de Daniel Alarcón: "Guerra a la luz de las velas" (Alfaguara). Toda una revelación Claudia Ulloa Donoso con "El pez que aprendió a caminar" (Estruendomudo) y Renzo Pugliesi con "El club de la jirafa" (Estruendomudo).
También publicaron entregas valiosas Carlos Calderón Fajardo, Omar Aramayo, José Güich Rodríguez, Carlos Schwalb, Juan Manuel Chávez, Gustavo Rodríguez, José Chamorro, Norma Mogrovejo, Susanne Noltenius, Isaac Risco y Augusto Effio Ordóñez.
Antologías: "Narradores peruanos de los 50", de C. E. Zavaleta (INC), "Cinco historias de mujeres y otra sobre Tamara Fiol", de Miguel Gutiérrez (Congreso) "Entre uvas y palomas", de José Hidalgo y "Toda la sangre", de Gustavo Faverón Patriau (Matalamanga).
NOVELA
Una nueva obra maestra de Mario Vargas Llosa, una de las más admirables (destaquemos su hondura psicológica y humana calidez) de su formidable producción: "Travesuras de la niña mala" (Alfaguara).
De otro lado, concitó la atención general la galardonada "Abril rojo", del muy talentoso Santiago Roncagliolo (Alfaguara): y apareció la primera edición peruana de una joya de Fernando Iwasaki: "Libro de mal amor" (Alfaguara). Cabe añadir la eficacia narrativa de "Los papeles de Damasco", de Jorge Salazar, "La segunda visita de William Burroughs", de Carlos Calderón Fajardo, "Puta linda", de Fernando Ampuero, "El regreso de la trapecista", de Óscar Málaga, "Manual de pistola automática", de Juan Carlos Mústiga, "El círculo de los escritores asesinos", de Diego Trelles Paz, "Rito de paso", de Víctor Coral, "El primer invierno de Diana Frenzy", de Paul Alonso, "En la orilla oscura", de Elsa Vértiz y "Hotel Lima", de Miguel Ildefonso.
Novela corta: "Perros héroes" de Mario Bellatín (Matalamanga) y "La sinfonía de Eva" de Teresa Ornano de Costa (Mondadori).
POESIA
Obra reunida: La esperada edición de conjunto del excelente vanguardista Xavier Abril: "Poesía soñada", a cargo de Marco Martos (U. San Marcos). Una nueva recopilación del notable posvanguardista Luis Valle Goicochea: "La pared torcida (Poesía completa)", edición de Jorge Eslava (U. Alas Peruanas). De otro lado, Róger Santiváñez y José Morales Saravia, dos de las voces más singulares de los años 70, reunieron sus aventuras creadoras: "Dolores Morales de Santiváñez" (Hipocampo y Asalto al Cielo) y "Oceánidas" (San Marcos), respectivamente.
Nuevos poemarios: Fecunda cosecha de poetas consagrados: "Hospital", poemario póstumo --escrito al borde de la muerte-- de Pablo Guevara (San Marcos); "Nudo Borromeo y otros poemas perdidos y encontrados", de Rodolfo Hinostroza (Lustra) y "Aunque es de noche", de Marco Martos (Hipocampo). Resulta más contundente la contribución de autores surgidos en los años 70: "Banderas detrás de la niebla", de José Watanabe (Peisa), quien goza de un reconocimiento internacional de primer orden; "Simulación de la máscara", de Tulio Mora (Hora Zero), gran intérprete del Perú profundo; "Geografía inútil", impecables acuarelas-iluminaciones de Luis La Hoz (Estruendomudo); y "Vinilo", un intenso homenaje rockero de Enrique Sánchez Hernani (Fauno). Mención aparte reclama Cronwell Jara, consagrado narrador con poemas en revistas de los años 70, que este año publicó un poemario potentísimo, casi sísmico: "Manifiesto del ocio" (San Marcos).
De las hornadas siguientes, elogiemos la madurez expresiva de "Pez", de Mariela Dreyfus (Santo Oficio), "No tengo ruiseñores en el dedo", de Eduardo Chirinos (Pre-Textos), "Estados Unidos Celestes", de José Pancorvo (Hipocampo) y "Ludy D", de Roxana Crisólogo (Flora Tristán). Y, entre las nuevas voces: "Las falsas actitudes del agua", de Andre Cabel (Municipalidad de Lima), "Octubre", de Manuel Fernández (Estruendomudo) y "Tiempo de veda", de José Carlos Picón (Manofalsa Controlquirográfico).
Anotemos, además que obsequiaron textos valiosos César Toro Montalvo, Winston Orrillo, Catalina Bustamante, Lorenzo Helguero, Miguel Ángel Zapata, Richard Cacchione, Gustavo Armijos, Gloria Mendoza y Erika Almenara.
Antologías: "Poetas peruanas", de José Beltrán Peña (San Marcos); "En el coto de la mente", de Carlos Germán Belli (Santiago de Chile, Edt. Universitaria); "Sueños al canto", de Manuel Pantigoso (Ikono) y "Pastor de perros", de Domingo de Ramos (Estruendomudo).
LITERATURA INFANTIL
En España, el éxito constante de Carlos Villanes Cairo ("Cortavientos", "El esclavo blanco", "Memorias del segundo viaje de Colón", "El ocaso del gran navegante" y "Oro de Indias") e Isabel Córdova Rosas ("Colón, el grumete valiente" y "Mozart, el niño genio"). En el Perú, la serie sobre el Capitán Centella, de Jorge Eslava; "Una historia para un guerrero", de José Tola, "Todo por el chocolate", de Julie de Trazegnies y "Pepe, Pepo y Pipo y la laguna misteriosa", de Luis Nieto Degregori.
OTROS GÉNEROS
Artículos: "Diccionario del amante de América Latina", de Mario Vargas Llosa (Paidós) y "Testigo de su tiempo", de Manuel Jesús Orbegozo (FCE).
Memorias: "Rostros y rastros" de Sergio Caller (Congreso) y "El Perú de Yerovi", de Nicolás Yerovi (Planeta).
Entrevistas: "Voces de la literatura peruana", de Carlos Zúñiga Segura (San Marcos).
Crítica: La edición crítica de "Armas antárticas", a cargo de Paul Firbas (U. Católica), "Alberto Hidalgo, el genio del desprecio", de Alvaro Sarco (Talleres Tipográficos), "Oquendo", de Rodolfo Milla (Hipocampo), "El Perú en la memoria", de Cecilia Esparza (Red para el desarrollo de las Ciencias Sociales), "Asir la forma que se va", de Miguel Ángel Zapata (U. San Marcos), "Memorias de Jalla 2004", de Carlos García-Bedoya (U. San Marcos) y "En la comarca oscura", de L. F. Chueca, J. Güich y C. López Degregori (U. De Lima) y "El archivo personal de Julio Ramón Ribeyro", de Luis Fuentes Rosas (Cultura Peruana).
23 December 2006
BARES DE LIMA: EL CORDANO
Cada vez que estoy cerca del centro de Lima, al mediodia, no dejo de visitar este antiguo bar limeño, que ya tiene más de cien años de existencia. Y digo al mediodía porque es la ocasion precisa para degustar un buen sancochado, que ahi lo preparan como para repetir el plato. Apenas me siento, no dejo de observar las añejas mesas y sillas que ocupan el lugar y me imagino a un Martín Adán sentado en una de ellas, tomándose un buen pisco. Cada lugar donde detengo la mirada es ocasión para viajar en el tiempo y transportarse a décadas pasadas, en las cuales El Cordano a recibido a innumerables personajes públicos, desde presidentes hasta escritores y bohemios.
Si algún día se dan una vuelta por la Plaza de Armas no dejen de visitar este antiguo bar que ostenta en sus paredes gran parte de la historia del Perú republicano.
21 December 2006
A media cuadra del Bar Queirolo, se encontraba el desaparecido Bar Las rejas. En realidad no era un bar, funcionaba como bodega en el día y en las noches fungía de bar clandestino, al cual se ingresaba con el santo y seña de la pinta de subterraneo, es decir, para poder entrar al local debías de tener la pinta de subte o de poeta o de bohemio o de simple borrachin.
Este bar adquirió fama cuando desapareció la No-Helden del jiron Chinca y con Wilson y ya no había un hueco para realizar conciertos subtes. Por otro lado, la movida sibterranea se había trasladado al jirón Quilca y es en ese momento que Las rejas adquirio notoriedad. En sus cuatro paredes albergaba a toda la movida subtes y casi todos los fines de semana se realizaban conciertos. Entre los asistentes a este antro de perdición recuerdo al Paco Miró Quesada, la china Patricia Wisar, los poetas Leo Zelada, Rodolfo Ybarra, Willy Gómez, Miguel Ildefonso, y el narrador Manuel Rilo. Lástima que el tiempo ¿o la minicipalidad? se encargo de desaparecer este bar bohemio, donde se gestó parte de la movida subterranea de Lima.
Como regalo de navidad les ofrezco a mis lectores una antología de los bares y huariques más bohemios de Lima. Inaugurando esta sección hablaremos del recordado, concurrido y contra-cultural Bar Queirolo.
Desde sus inicios, el Queirolo ha recibido en sus intalaciones a muchas generaciones de escritores, intelectuales, poetas, pintores, músicos y bohemios. En sus mesas han vivido, y bebido, muchas generaciones literarias como la de Hora Zero, el grupo Kloaka, el grupo Neón y muchos de las narradores y poetas de la generación del 90 y del 2000. Cuando he recalado en el Queirolo, sobre todo los días viernes, he visto a muchos colegas de oficio de generaciones anteriores y también contemporáneos; entre ellos: Leo Zelada, Víctor Coral, Manuel Rilo, Josemari Recalde, Carlos Oliva, Héctor Ñaupari, Rodolfo Ybarra, Miguel Ildefonso, Willy Gomez, Willy Quevedo, Roger Santibañez, Domingo de Ramos, entre otros.
Como escribiera Allen Ginsberg, en su famoso Howl, en las mesas del Queirolo "He visto las mejores mentes de mi generación destruidas por la locura, histéricos famélicos muertos de hambre arrastrándose por las calles, negros al amanecer buscando una dosis furiosa, cabezas de ángel abrasadas por la antigua conexión celestial al dínamo estrellado de la maquinaria de la noche, quienes pobres y andrajosos y con ojos cavernosos y altos se levantaron fumando en la oscuridad sobrenatural de los departamentos con agua fría flotando a través de las alturas de las ciudades contemplando el jazz".
(En la foto: el bohemio Manu Chau en una incursión al Queirolo)
Me entero por el blog de Gabriel Ruiz-Ortega de la próxima aparición de Disidentes, la nueva antología de narrativa peruana última (2000-2006), realizada por el autor de La cacería. Esta antología será publicada bajo el sello editorial GEA (fusión de editorial Zignos, de Harold Alva, y de Atlante ediciones) y se presentará en la Feria del Libro de Trujillo, en el próximo enero.
Entre los antologados figuran: Susanne Noltenius, Gabriel Rimachi, Pedro José Llosa, Antonio Moretti, Ezio Neyra, Luis Hernán Castañeda, Miguel Ruiz Effio, Daniel Soria, Alexis Iparraguirre, Santiago Roncagliolo, Víctor Falcón Castro, Juan Manuel Chávez, Carlos Yushimito, Johann Page, Daniel Alarcón, Leonardo Aguirre, Marco García Falcón, Christopher Van Ginhoven, Edwin Chávez, Claudia Ulloa Donoso y el administrador de este blog.
Cabe destacar que esta antología es la primera que se hace sobre narrativa peruana última desde el 2000 al 2006 y que ostenta el mérito de tener la mayor capacidad de convocatoria -son 21 narradores antologados- sin desmerecer la calidad literaria de los textos narrativos.
Esperamos con muchas expectativas la pronta aparición de la mencionada antología.
El día de hoy, en la revista Caretas, se hace una entrevista al narrador Carlos Calderón Fajardo -al cual se le debería difundir y leer más-. A continuación, algunas preguntas:
–En el Perú, ¿qué ha aportado la discusión entre escritores “andinos” y “criollos”?
–Literariamente nada, pues no ha habido una discusión de posturas estéticas. Lo interesante es su lado sociológico, pues revela una vez más la fractura entre Lima y las provincias, que se refleja también en el ámbito cultural. Yo no me ubico en ninguno de los lados aunque tengo amigos cercanos en ambos. Me ha parecido una tontería, pues se debería aprovechar la heterogeneidad de la literatura peruana como un elemento para enriquecerla.
–¿Y qué opina sobre una discusión más reciente, acerca del papel de la crítica literaria?
–Creo que esta debe iluminar el texto para el lector y descubrir lo que el mismo autor a veces no puede. Y si el texto es bueno, pues lo es. Y si es malo, también. Ser escritor tiene tan pocas compensaciones en el Perú, que no es justo que a uno lo silencien o critiquen por otros intereses.
–¿Cuál es su relación con el medio literario peruano?
–Me siento ajeno y esto ha hecho que se me considere un hombre raro, huraño, esquivo y tímido, y no soy nada de eso. Lo que pasa es que estoy en todas partes pero a la vez en ninguna, y con quien sí estoy es con mi familia.
–Usted ha comentado que todo lo que rodea la fama es pasajero y superficial. ¿Cuán fácil es dejarse llevar por ella en el medio literario local?
–Es fácil para cualquier humano, pero especialmente para los escritores. No conozco a ninguno que no sea vanidoso, egocéntrico y sumamente sensible a la crítica. Yo no pretendo ser el monje de la literatura: también me gusta que mi trabajo sea reconocido. Pero la persona que es demasiado visible pierde fuerza como escritor. Es mejor mantener un perfil bajo; escribir y trabajar pacientemente. Santiago Roncagliolo, por ejemplo, de escritor de libros está pasando a ser presentador de libros. Viajando constantemente de un lugar a otro, ¿cuánto tiempo puede dedicarle a la escritura?
20 December 2006
Respuesta a Rodolfo Ybarra
Héctor Ñaupari
La literatura peruana ha vivido siempre en el filo de la navaja. O en el Apocalipsis, para decirlo en términos más radicales, como gustaría al poeta al que respondo con este artículo. Desde Eguren hasta Vallejo, desde Sologuren hasta Martos, desde Verástegui hasta Ybarra. Nada nuevo nos dice, pues, éste último, sobre la condición del escritor peruano. ¿Cuándo el escritor peruano no estuvo solo? ¿en qué momento del siglo XX no estuvo perdido? ¿acaso, entonces, no ha terminado desnudo?
En el Perú, el escritor siempre ha sido visto como una molesta espina en el costado del poder; por la empresa peruana, como un sujeto inútil e improductivo; en el ámbito académico y cultural de nuestra patria, el escritor se ha visto dividido y en constante ataque unos contra otros, como hasta ahora; en nuestra sociedad, en suma, es el escritor un sujeto que vive en su limbo, y al que ésta califica como excéntrico.
No ha ocurrido aquí lo que en los socialismos realmente existentes, o más cerca, lo que en México durante gran parte del siglo XX, donde en los escritores –casi exclusivamente, los comprometidos con el régimen, o aquellos dóciles o políticamente inocuos– lograron constituir parte de las oligarquías de esos sistemas totalitarios o de la dictadura perfecta latinoamericana: a cambio de su docilidad, o su compromiso, o de servir como sicofantes a esos gobiernos, obtuvieron subsidios, becas, puestos en los ministerios y embajadas, y así se pudieron dedicar a su literatura, siempre y cuando la misma no resultase lesiva a los intereses o postulados de las nomenclaturas que gobernaban y a las cuales servían.
Tampoco ha sucedido en el Perú lo que acontece en las sociedades libres y democráticas (realmente existentes también, por cierto) donde existe un Pen Club, donde los escritores están asociados, donde hay mecenas, fundaciones, editoriales sólidas, donde a los poetas beatniks –como a Ginsberg, por ejemplo– se les pagaba por los recitales que brindaban, sin que ello resulte dañino o perjudicial para ellos o para sus compromisos ideológicos. Todo ello, sin embargo, resulta pernicioso a Ybarra, como se desprende de su artículo.
Lo que ha pasado en el Perú es lo peor que le puede ocurrir a una sociedad: el divorcio total entre los escritores y el medio en que viven, ya sea el Estado, la empresa o los lectores. Los escritores no han apostado a formar parte ni de las burocracias públicas, ni han promovido los mecenazgos empresariales ni las aventuras editoriales, y se han desvivido por considerar a los lectores como iletrados e incultos, desdeñándolos, sin esforzarse un ápice por motivarlos a leer. Los muy pocos que sí lo han hecho, con desiguales resultados, han sido siempre desacreditados por la mayoría de sus pares. Ese círculo vicioso de la literatura peruana se ha repetido, inmisericorde, hasta hoy. Por esa razón, los poetas y narradores peruanos sólo salen en las portadas de los periódicos cuando mueren.
De allí que Ybarra repite, pero con otros términos, la defensa de una conducta cuyos resultados ya conocemos: el aislamiento y la miseria del escritor peruano. ¿Qué de encomiable tiene entonces sostener que el escritor peruano está destruido, si éste repite la conducta del perro del hortelano: ni come, ni deja comer?
Cierto es, también, que en todas las sociedades y momentos históricos que reconozcamos, los escritores han ejercido diversos oficios, sin lograr vivir –salvo muy pocos– exclusivamente de su literatura. Esto no es nefasto en sí mismo, ni producto de una realidad oprobiosa, tal como Ybarra plantea. Ha ocurrido en monarquías, dictaduras o repúblicas; en economías libres, corporativas o centralmente planificadas. Ello no obstante, en algunas sociedades más desarrolladas, ya sea la Francia socialista o los liberales Estados Unidos, donde se suele leer más, es donde los escritores tienen más posibilidades de realizar trabajos ligados a su actividad: son profesores, periodistas, académicos, redactores de discursos, traductores, entre otras actividades.
Esto es tan cierto, que muchos escritores peruanos han decidido vivir en esos países para poder dedicar, por lo menos parte de su tiempo, a la creación literaria. Muchos amigos de Ybarra –y que también son amigos o conocidos míos– compañeros de viaje de nuestra generación, lo han hecho. Querer que esa posibilidad exista en el Perú no me parece malo; para Ybarra sí lo es. Por ello le pregunto, ¿reconoce en ellos a los “defensores del sistema” que tanto y con tan gruesos términos critica? ¿Son “defensores del sistema” Nájar, Chanove, Rodríguez Liñan, Cáceres, Ghersi, Álvarez, Pita, De Lima, Santiváñez? Si Ybarra es fiel a sí mismo, sí. Nadie es inocente –como el anarquista Rachavol– entonces, salvo él.
Por otra parte, servir en las burocracias públicas o privadas no tiene, en sí mismo, nada de malo, tal como Ybarra quiere hacérnoslo ver. Observemos: si Elliot fue un empleado bancario, Kavafis un funcionario en el servicio público de saneamiento toda su vida, Pessoa un servidor municipal, Sologuren un funcionario en el servicio tributario peruano, Ribeyro un diplomático tanto de la dictadura como de la democracia peruanas, lo mismo Carpentier del régimen castrista o Neruda del socialismo chileno; todos ellos, serían para Ybarra unos serviles burócratas de encebadas barrigas –concepto que no se aplicaría nunca, por su contextura, al autor de Los dichos de Luder, como sí para Neruda–. Ybarra no nos deja salida: ser miserables o defensores del sistema, ésa es la disyuntiva.
Ybarra debería saber que en nuestros predios se puede dar de todo; incluso, el caso de un Kafka, que nunca quiso vivir de su literatura, siendo hasta el final de sus días un funcionario judicial, quien, como reza la leyenda, ordenó a su amigo Max Brod quemar todos sus escritos a su muerte, lo que éste no hizo, para bien de la literatura mundial. En ese orden de ideas, tampoco hay nada de inmoral en ser un aristócrata, como Tolstoi, o un gran hacendado del sur profundo de Norteamérica, como Faulkner. De modo que no imagine, amigo Ybarra, al aristocrático Tolstoi o al hacendado Faulkner en esos menesteres todo terreno, más inmediatos, como ocurre en nuestros respectivos casos. Chesterton, por el contrario, fue siempre un escritor ganapán y mil oficios, y nunca por ello dejó de defender la monarquía constitucional inglesa. Borges, un modesto director de bibliotecas municipales al mismo tiempo que un conservador. De modo que no hay determinismo alguno entre estrechez y combate al sistema en el caso de los escritores.
De hecho, Tolstoi sí era un defensor del “sistema putrefacto” al que Ybarra alude, lo mismo que Céline o Lovecraft del régimen nazi, Hemingway de la república española y el socialismo democrático en juventud, y, al final de sus días, de la república norteamericana, Neruda del totalitarismo soviético y de Stalin, Ayn Rand del capitalismo egoísta, duro y crudo, y Nabokov del intervencionismo norteamericano en el sudeste asiático. Sobre este último, hay que decir que sus orígenes aristocráticos lo pusieron, desde la primera hora, en contra del colectivismo y corporativismo que Ybarra defiende.
Olvida Ybarra –o no quiere ver– que Nabokov, nacido rico y aristócrata, fue despojado por el bolchevismo, padeciendo luego la pobreza en Inglaterra y Norteamérica durante muchos años, y ya terminando la cincuentena, volvió a alcanzar la riqueza con una novela signada por el escándalo, ése al que nuestro poeta anarquista tanto repugna: Lolita. Y si quiere otro ejemplo, le doy a otro ruso genial: Dostoievski, quien ganó fortunas con sus extraordinarias novelas, las que perdía de inmediato en los casinos –escribió El jugador para relatar sus propios infortunios– pues consideraba que la miseria era el mejor aliciente para el creador.
Ejemplos como éstos, hay mil. Pero el anarquista coronado –el espléndido título que Artaud escogió para escribir sobre Heliogábalo, cruel emperador romano– no los desea ver. Y digo esto último como un amigo, pues eso me considero de Ybarra, cuya literatura aprecio. Apelo a su inteligencia y a su sensibilidad, ambas reconocidas, para decirle que ni la miseria ni las adversidades son, a pesar de todo, nuestras enemigas. El desdén por la lectura y el divorcio de la cultura sí lo son. Por ello tenemos que enfrentarlas. Seguro estoy que en ese combate, el verdadero, el que no nos dará tregua, estaremos juntos y del mismo lado.
17 December 2006
¿Alguien podría imaginar la conjugación de dos personajes como Edgar Allan Poe y Sylvester Stallone? Ni en el cuento más alucinado del autor de El corazón delator podríamos haber imaginado esta incompatible conjunción.
Bueno, al parecer, en este nuevo mundo todo es posible. Leo en el blog de Gustavo Faverón la siguiente nota:
Menos conocido, y mucho más sorprende, además, es este otro dato: el próximo año Stallone estrenará otra película dirigida por él, la primera en su obra que no es un film de acción ni típicamente mainstream: la cinta se llamará Poe, y es, en efecto, un drama-biopic sobre el célebre inventor del cuento policial.
Poe parece andar de moda en Hollywood, por lo visto: además de la cinta de Stallone, también se anuncia una de Clive Barker, especialista en cine de horror, director de Hellraiser. La historia será más fantástica que dramática: un grupo de jóvenes intenta desentrañar los misterios que rodearon las dos semanas finales de le vida de Poe, y en ese proceso acaban por activar cierta maldición que los sumerge en los delirios y las pesadillas del escritor.
PLAN LECTOR 2007
Después de la pequeña polémica que hubo en este blog con respecto a la situación del escritor en nuestro país y dentro del panorama de la falta de habito de lectura en nuestra sociedad nos complacemos en anunciarles la notica de la implementación del Plan Lector 2007 en todas las instituciones educativas públicas y privadas de todo el territorio nacional.
En efecto, a partirde marzo del 2007 en todos los colegios del Perú, en conformidad con la normatividad emitida por el Ministerio de Educación, se aplicará el Plan Lector mediante el cual los alumnos de los diversos centro educativos leerán un libro al mes (un promedio de 10 libros al año). Esta medida viene a subsanar la deficiencia entre nuestros estudiantes sobre el hábito de lectura y la capacidad comprensaora de los mismos, de tal manera que a partir del próximo año se pueda elevar los nivelas de lectura y mejorar la comprensión de lectura de los escolares.
Esperemos que la ejecución del proyecto tenga los resultados esperados y sobre todo convocamos a los involucrados en el tema (estudiantes, profesores, directores, padres de familia, escritores, editores y la sociedad en general) a contribuir en el éxito del programa. Por lo pronto, en los próximos días, estaremos convocando a algunos escritores de nuestro medio para que nos den su opinión sobre el tema.
14 December 2006
En estos últimos días, le he robado algunas horas a mis quehaceres cotidianos para dedicarme a leer minuciosamente el pequeño debate que se ha generado en torno a la "condición" del escritor en el Perú entre Héctor Ñaupari, Jorge Frisancho y Rodolfo Ybarra, y después de dicha lectura me he llevado con muchas sorpresas, nada agradables, por parte de los interlocutores del debate. Intenté mantenerme al margen, pero han quedado tantas cosas al aire y se han soltado tantas falacias que no me queda más remedio que meter mi cuchara para realizar algunas observaciones y precisiones.
En primer término, quiero mencionar que cuando Jorge Frisancho afirma que "la sociedad peruana es una sociedad que no lee" se EQUIVOCA DE CABO A RABO. La sociedad peruana sí lee. Y vayan a ver lo que lee. Uno de los grandes negocios del Perú, y que mueve millones de dólares en el mercado, es el de la pirateria. Y para muestra un botón: uno de los libros más vendidos en el Perú de las últimas décadas fue la novela La fiesta del chivo de Mario Vargas Llosa, que en el mercado legal vendió 20 mil ejemplares. Sin embargo, en ediciones piratas se llegó a vender 30 mil ejemplares del mismo título. ¿A dónde fueron a parar esos 50 mil ejemplares de la novela de Vargas Llosa le pregunto a Frisancho? , ¿quienes leyeron tal cantidad de ejemplares en versiones orginales y piratas? Y ni qué hablar sobre las decenas de miles de ejemplares que se vende en el mercado informal de la basura "edulcorada" de autoayuda de Paulo Coelho, Miguel Ángel Cornejo y Carlos Cautemoc. En el Perú la gente lee, pero lee mal y lento. Ahora, que el mercado sea pequeño, ese es otro punto de discusión.
En segundo lugar, decirle a mi querido amigo Héctor Ñaupari que su teoría sobre el libre mercado no tiene NADA que ver con la creación literaria. la composición literaria es una acto totalmente aislado, solitario y heroico; como afirma Oswaldo Reynoso: "al escritor hay que dejarlo escribir y que no lo joda nadie". Afirmar lo contrario, no solamente es pecar de ingenuidad sino, también, de estupidez. Asimismo, ¿qué hace mi amigo Ñaupari dando recetas sobre QUÉ ESCRIBIR a los narradores? Mi estimado Héctor, los narradores escriben sobre LO QUE LES DÉ LA REGALADA GANA, por no decir otra cosa subida de tono. ¿Hacen falta novelas históricas, románticas, fantásticas, realista, posmodernas, transexuales, etc? Hace falta que la gente cierre el pico y que dejen a los narradores escribir sobre la INMORTALIDAD DEL MOSQUITO si así lo estiman conveniente mis colegas de oficio.
En tercer término, decirle a mi tambien estimado amigo Rodolfo Ybarra que es totalmente ILUSO Y DESEQUILIBRADO pretender que aquí en el Perú nuestros escritores puedan vivir de sus libros. EL QUE INGRESA A LA LITERTAURA Y PRETENDE ESCRIBIR Y VIVIR DE SU OFICIO SABE EL TERRENO SOBRE EL CUAL CAMINA. Y si estás en la literatura tienes que aceptar todo lo que el ofico de escritor conlleva. Lo demás es una pataleta necia e innecesaria.
Finalmente, por si lo desconocen, a partir del próximo año, en todos los colegios públicos y privados se implementará el PLAN LECTOR, en el cual estamos trabajando un grupo de profesionales y especialista para cambiar la situación de la que tanto se quejan escritores y críticos y del cual les daremos algunas noticias en los próximos días.
Y para no cansar a mis lectores, los dejo con un poema de mi entrañable Bukowski, que ha sido muy manoseado durante todos estos años, y que sintetiza parte de la vocación del escritor y el procesos de cración literaria:
COMO SER UN GRAN ESCRITOR
tienes que cojerte a muchas mujeres
13 December 2006
MACHU PICCHU: UNA DE LAS 7 MARAVILLAS DEL MUNDO
En estos momentos se está realizando una votación virtual para elegir las "SIETE NUEVAS MARAVILLAS DEL MUNDO". En efecto, la pagina www.new7wonders.com viene realizando una votación via internet mediante la cual los internautas tienen la posibilidad de elegir los lugares que consideren las siete maravillas del mundo contemporáneo, y para nuestro regocijo, nuestra ciudadela de Machu Picchu está entre las 21 finalistas del concurso. Para votar por nuestro monumento histórico necesitamos realizar un trámite muy sencillo: solo basta ingresar a la página, registrarse como usuario y realizar la elección.
Los interesados pueden ingresara al siguiente link y votar (Si hay algunos entusiamados, enviar un correco colectivo a sus contactos con el mismo enlace).
CARTA ABIERTA DE MICHAEL MOORE
Michael Moore acaba de publicar una carta abierta a sus compatriotas norteamericanos sobre la invasión de EEUU a Irack y las consecuencias de la misma. A continuación, la segunda parte de la carta, aparecida en la columna de Guillermo Giacosa en Perú 21:
"La única manera de que una guerra de liberación tenga posibilidades de éxito es que los oprimidos cuenten con el apoyo de sus ciudadanos. ¿Dónde están estos bastiones de la libertad en Irak? Esta ha sido una broma desde el principio, broma para nosotros... pero con 655 mil iraquíes muertos como resultado de la invasión, para ellos la broma es cruel. Al menos están liberados... para siempre.
No quiero escuchar ni una palabra sobre enviar tropas, ni sobre 'redesplegarlas,' ni sobre esperar cuatro meses para una 'retirada progresiva'. Solo hay una solución para esto: irnos. Empiecen esta noche. Salgan lo más rápido posible. Aunque duela aceptar la derrota, no podemos hacer nada para deshacer el daño causado. Si uno maneja ebrio y mata a un niño, no puede revivirlo. Si uno invade y destruye un país, no hay mucho que pueda hacer hasta que el humo se apague y la sangre se limpie. Luego, tal vez podamos enmendarnos por las atrocidades cometidas y ayudarles a lograr una vida mejor.
La URSS abandonó Afganistán en 36 semanas y apenas sufrieron algunas bajas mientras se iban. La responsabilidad para terminar esta guerra recae ahora en los demócratas. El Congreso controla los hilos de la función, y la Constitución dice que solo el Congreso puede declarar una guerra. Reid y Pelosi tienen el poder para acabar con esto. Si no lo hacen, los votantes se pondrán furiosos. No estamos bromeando, demócratas, y si no nos creen, continúen la guerra solo otro mes. Lucharemos contra ustedes más duro que contra los republicanos.
Exigimos:
Traer las tropas a casa ahora. Desistan de buscar una forma de ganar. Perdimos. Admítanlo.
Discúlpense con nuestros soldados y enmiéndense. Díganles que sentimos que hayan tenido que luchar en una guerra que no tiene NADA que ver con nuestra seguridad nacional.
Debemos enmendar la atrocidad perpetrada contra los iraquíes. Pocas maldades peores que iniciar una guerra basada en una mentira e invadir otro país porque uno quiere lo que está enterrado bajo su territorio. Su sangre mancha nuestras manos. Si uno paga impuestos, ha contribuido a los 3 billones de dólares semanales que se gastan para llevar a Irak al infierno.
Los 'usamericanos' somos mejores de lo que se ha hecho en nuestro nombre. Una mayoría estábamos molestos después del 11/9 y perdimos la cabeza. No pensamos con claridad y nunca miramos un mapa, ya que nos mantienen en la estupidez con nuestro patético sistema educativo y nuestros babosos medios de información. No sabíamos que nosotros financiamos y armamos a Saddam durante años, incluso cuando masacró a los kurdos. Era uno de los nuestros. No sabíamos lo que era un suní o un chiita. El 80% de jóvenes no es capaz de encontrar Irak en el mapa. Nuestros líderes aprovecharon nuestra estupidez y nos manipularon y asustaron con mentiras.
En el fondo somos buenas personas. Lentos para aprender, pero esa propaganda de 'misión cumplida' sonó rara y empezamos a hacer preguntas. El pasado 7 de noviembre tratamos de corregir nuestros errores. Ahora la mayoría sabe la verdad, siente culpa y quiere deshacer el entuerto. Por desgracia, no podemos. Así que aceptaremos las consecuencias de nuestras acciones y haremos lo posible para no defraudar a los iraquíes si alguna vez deciden pedirnos ayuda en el futuro. Les pedimos perdón.
Exigimos a los demócratas que nos escuchen y que salgan de Irak ahora mismo".
Michael Moore
Mientras en Chile, miles de ciudadanos celebran la muerte de este macabro dictador, otros miles, con una estupidez sorprendente, lloran su muerte. La verdad, ni celebración ni llanto merece esta muerte. ¿Se puede celebrar la partida de un nefasto dictador culpable de la muerte de 3 mil personas sin haber pagado sus crímenes a la justicia? Más aún, ¿se puede llorar la muerte de alguien que fue culpable de la tortura y desaparicioón de decenas de miles de chilenos durante una de las dictaduras más sangrientas de Sudamérica?
Ante este tipo de acontecimientos lo único que queda es rendir homenaje y respeto a la memoria de los miles de chilenos que sufrieron los abusos y excesos de este tirano.
Anticipándonos a la presentación de sus tres libros de poesía el día de mañana jueves 14 de diciembre en el Yakana Bar (7 p.m.), colgamos parte de una larga entrevista al poeta Rodolfo Ybarra realizada por el poeta y narrador Miguel Ildefonso:
Rodolfo, háblanos de tus inicios literarios o artísticos en general, ¿por donde te movías, qué leías, etc.?
Recuerdo una biografía de Giussepi Casanova que leí a los siete años en una colección turquesa que entregaban gratuitamente a los médicos de los años setenta porque llevaba publicidad de medicamentos -en ese entonces modernos- creo que la colección se llamaba “enfermos famosos” y alguna visita con problemas bronquiales -recuerdo claramente la tos, el eco cavernoso- lo había olvidado en la sala de la casa, ahí se describía al niño Casanova con una suerte de retardo mental moderado (RMM) que lo alcanzó hasta la adolescencia convirtiéndolo en un inútil, en un guiñapo humano, y luego el joven Casanova como por un acto de iluminación “despertó” con su habilidad por todos conocida y sus intentonas médicas -las sangrías y toda esa limpieza de la sangre- y sus métodos supuestamente infalibles para evitar el embarazo como el limón cortado con miel de abeja -primitivo espermicida- que introducía a sus compañeras sexuales, casi todas casadas y que querían disfrutar de los placeres cireneicos sin mayores consecuencias que el acto mismo. (A propósito, la película “Casanova” de Fellini que vi años después despertó en mí la infancia un poco acelerada y con vacíos que cubrir; más adelante, si me lo permites, hablaré de esto y, claro, de las mujeres y la vagina dentada o, la vagina con bozal y todos esos miedos freudianos).
Volviendo, yo era un niño introspectivo, casi índigo, casi autista, y digo “casi” porque eso me salva de una definición autoconceptual que no estoy seguro, por la lejanía, poder realizar. Bueno, igual era un niño que leía todo lo que encontraba; aprendí a leer a los tres años sin esfuerzos, casi como una cuestión natural, un proceso natural, y tuve una fijación por los mapas cartográficos que me duró buenos años, pasaba el tiempo comparando los mapas del Perú con los de otros países, medía poblaciones, producciones mineras, agropecuarias, cantidad de ejército, etc. Mi madre -mujer de negocios- jamás incentivó mis ánimos por la lectura, yo tenía un familiar (¿un primo?, no lo sé, jamás lo pregunté) que había llegado creo de Piura para estudiar en la universidad, y él me enseñó muchas cosas aparte por supuesto de prestarme sus textos preuniversitarios. Con él aprendí a jugar ajedrez a la perfección (especialmente las salidas peón 4 rey o gambito de rey o de reina o el inmejorable caballo en posición de ataque o el peón hacia delante para dar salida a los alfiles) y a resolver problemas matemáticos y estadísticos que en su mayoría siempre es una aplicación de la lógica. Creo que en cierta forma yo me sentía como el niño Casanova con una suerte de retardo, no interno, sino externo, es decir inducido por el poco interés que irradiaba mi entorno familiar; pero yo era terco -terriblemente terco, no sé por qué a veces me miraba a mí mismo como el Aureliano Buendía de “Cien años de Soledad”, libro que leí antes de los trece años, gracias a ese familiar incógnito y en parte al destino.
Recuerdo que salía a la calle como todos los niños a jugar canicas, “el trompo y la huaraca” como dice ese poema de Nicomedes o “El trompo” solamente de Diez Canseco (precursor del realismo urbano en la década de los cincuentas, recomiendo leer su novela “El Gaviota” y también “Duque” y sus cuentos “Estampas Mulatas”); y ahí en la calle recogía periódicos que los doblaba y los metía en el bolsillo del pantalón para luego en la otra “soledad” del baño leerlos. A veces no entendía pero me esforzaba, claro era sólo noticias en pleno gobierno militar, las movidas de lo que después supe era la Sinamos (Sistema Nacional de Movilización Social), las Sociedades Agrarias de Producción, las cooperativas y todo el movimiento agrario y campesino, y ese rollo del patrón no comerá más de tu pobreza, Velasco y toda su corte y la ilusión del cambio que nunca llegó. (A propósito, ¿sabes por qué Velasco en su loca carrera por estatizarlo todo, no tocó las tierras de Huaytará?, simplemente porque estaba casado con la hermana del aprista Luis Posadas y ellos pues, eran dueños de toda esa comarca).
Recuerdo claramente que leí la noticia de un fusilamiento por traición a la patria -era una mañana de abril y hacía frío- y este hecho se comunicaba con lenguaje marcial y con una frialdad que me hacía dudar de que eso fuera cierto. ¿Cómo una muerte podía acabar relatándose como un boletín del servicio metereológico? Terrible. Así, y no con mi armadura, sino con mi inocencia entraba en toda esa onda tanática que como un espiral fue creciendo hasta hace unos años atrás.De ese modo, con toda esa atmósfera “revolucionaria” y llena de oportunistas y “grandes” descubridores de la pólvora, leí los pocos libros que había en casa, incluido una Biblia pequeña de color azul que regalaban casa por casa los evangélicos, ahí al final de este pequeño libro había una conminación puesta en sello azul pastel para poner tu nombre y creo también otros datos; ahí puse por primera vez en un libro mi nombre y mi apellido; y luego y casi inmediatamente vendría el colegio que en primera instancia fue el colegio parroquial Nuestra Señora de Cocharcas, de una misión claretiana, ahí me enseñaron, aparte de reafirmar mi lecto-escritura, a rezar y algunas palabras en latín. Los padres españoles eran muy severos, solían castigar a los niños golpeándolos en las piernas con reglas de madera, todavía eran los tiempos pretéritos en que “la letra con sangre entra”, y claro también premiaban con rosarios y crucifijos de diversos santos a los niños aplicados. El método error-castigo parece que funciona o funcionó en algunos, tal es el caso de un viejo amigo que ahora es sacerdote franciscano y lo veo cada cierto tiempo en una iglesia del centro. Ahí también aprendí los nombres de muchos santos como santo Tomás de Aquino, cuyo libro “Suma Teológica” (obra maestra compuesta en 14 tomos) recién pude leer a los veinte años. San Agustín quien es uno de los cuatro padres de la Iglesia de Rito Latino, cuyas teorías siempre me impactaron, y muchos otros santos que aparecen en el santoral: San Juan Bosco, San Vicente de Paul, San Peregrino Laziosi, Santa Clara de Asís, Santa Catalina Labouré, Santa Margarita de Alacoque; y de ahí el salto a la poesía sacra estaba cerca: Santa Teresa de Ávila (“Nada te turbe, nada te espante todo se pasa,/ Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta sólo Dios basta”) a San Juan de la Cruz (“Por toda la hermosura nunca perderé sino por un no sé qué, que se alcanza por ventura. El que de amor adolece del divino ser tocado, tiene el gusto tan trocado que a los gustos desfallece como el que con calentura fastidia el manjar que ve y apetece un no sé qué, que se alcanza por ventura. Sabor de bien que es finito lo más que pueda llegar es cansar el apetito y estragar el paladar; y así, por toda la dulzura nunca yo me perderé sino por un no sé qué, que se halla por ventura”), a Fray Luis de León (“Despiértenme las aves con su cantar sabroso no aprendido; no los cuidados graves, de que es siempre seguido el que al ajeno arbitrio esté atendido. Del monte de la ladera, por mi mano plantado, tengo un huerto, que con la primavera, de bella flor cubierto, ya muestra en esperanza el fruto cierto. Y mientras miserablemente se están los otros abrasando con sed insaciable del peligroso mando, tendido yo a la sombra esté cantando”) a Sor Juana Inés de la Cruz (“Finjamos que soy feliz, triste pensamiento, un rato; quizá podreís persuadirme, aunque yo sé lo contrario, qué pués sólo en la aprehensión dice que estriba los daños, si os imaginaís dichoso no sereís tan desdichado”). Ah por cierto, jamás fui religioso, eso de “si me porto mal me voy a ir al infierno” me duró hasta los diez años y no más, y por mi carácter no podría haber llegado al Jansenismo que, como sabemos es la doctrina que exagera las ideas de San Agustín para obrar el bien religiosamente a costa de la libertad humana. El bien como bien está perfecto, pero el bien sin libertad de qué sirve, cómo disfrutas del bien. Y dios bien gracias. (“Yo le pregunté una vez: -y tú, vagabundo, ¿crees en Dios? -te lo diré más tarde. Espera unos treinta años. Cuando haya cumplido los sesenta, tal vez sepa si creo en Dios o no; de momento lo ignoro, y conste que no tengo ganas de mentir”. Mis Confesiones. Máximo Gorki. Pg. 99 . El nombre de la editorial no me acuerdo).
Bueno, del Cocharcas pasé al colegio República Argentina, un colegio un poco grande que queda en el jirón Miroquesada, ahí aprendí las “malas costumbres” argentinas, gracias a que la embajada de ese país auspiciaba el colegio. Recuerdo cada nueve de julio -día de la Independencia gaucha- llegaba el embajador orondo con su traje celeste acompañado de sus edecanes y nos regalaban entre juguetes y dulces unos libros que editaban en este hermano país, ahí entre muchos autores pude leer antes de los nueve años una adaptación para niños de un cuento de Borges. A veces me pregunto si en Argentina habrá un colegio que se llame Perú y pienso si ahí se leerá por lo menos a Vallejo.
Yo era un niño con muchos deseos de aprender y a pesar de mi timidez, totalmente travieso, recuerdo que perseguía a las cucarachas y no me atrevía a matarlas, alguna extraña razón tendrían para vivir, a veces las metía en cajas de fósforo y las hacía pelear con arañas, ya sabemos quién ganaba, pero no siempre era así, me las ingeniaba para poner a la araña en desventaja sacándole algunas patas y a veces también se me pasaba la mano. Recuerdo una vez que perseguí a una rata con unos amigos, fue toda una tarde de verano, sol canicular, heladeros en la esquina, niños en el parque, y luego de que la rata ingresara en su madriguera abrimos una tapa de desagüe, esas de fierro forjado que todavía se ve en las quintas pobres de Barrios Altos y el Rímac. Bueno, la cosa fue que a mí se me ocurrió echarle kerosén y prenderle fuego al desagüe y el espectáculo estalló con decenas de ratas a medio prender corriendo hacia la calle como pequeñas bolas de fuego, pequeños aerolitos volando sobre el cemento y los vecinos corriendo con las escobas tratando de evitar algún incendio y por supuesto tratando de matar a las indeseables ratas. Para mí fue todo un espectáculo mismo las movidas mediáticas en las que se integran danza, teatro, música e incluso mejor porque todo era real y ahí pude reafirmar el dicho de Mariátegui que una chispa puede incendiar la pradera (disculpa Miguel, esto es una broma). La cosa fue que me castigaron, no dejándome salir a la calle que era el lugar donde todo niño -con pocos juguetes- se realizaba y donde niños como yo tenía algo que leer.
Luego vendrían varios colegios, e incluso llegaría a estudiar en el “Luis Benjamín Cisneros” que era un colegio que se levantaba en la propia casa del poeta en el jirón Junín ¿1275? (Cisneros murió ciego y también había escrito novelas como Julia (1861), Edgardo (1864), y Amor de niño ¿?, pero su obra más conocida es “Aurora Amor” en que canta -tipo Whitman- al nuevo espíritu del mundo y a la evolución de las artes y claro por supuesto la ciencia). Aquí en este colegio es donde -por cercanía, por absorción, por mimetismo o por alguna ley mágica, espiritual- siento la necesidad de ser poeta, de escribir, de leer, de vivir -como decía Sir Harrys, el del “Retrato de Dorian Gray”- como poeta, acababa de cumplir los trece años y ya tenía un conocimiento más o menos claro de lo que quería ser, lamentablemente cuando yo preguntaba a unos tíos “cultos” por esta “carrera”, me decían que no existía y que nadie vivía de los poemas, pero yo no me decepcionaría tan fácil, como dije atrás era terco. Así que un día un vecino que tocaba guitarra y era a la vez profesor de matemática en el Lavarte me dijo que podía ser lo que quisiera, siempre y cuando no esperase vivir “como rey”, él había querido ser músico y se recurseaba como profesor, ya mi destino estaba trazado. El profesor tuvo una denuncia policial por robarse el reloj del colegio; luego de perder su trabajo anduvo vagando por ahí hasta que años después se fue al Japón a trabajar descuartizando y cremando cadáveres gracias a unos familiares. Nunca más lo volví a ver, le debe estar yendo bien. Supongo. (Un abrazo donde estés, Hugo).
Quiero detenerme un momento en este punto. Yo tendría trece o catorce años y muchos se estarán preguntando si lo que estoy contando son realmente mis inicios literarios, pero claro, aquí voy a mencionar lo que en ese tiempo me tenía fijado como un clavo en la pared, y era aparte de la “Teoría de la Relatividad” y sus cumbres o sus fondos en la bomba atómica, Einstein, Openheimer y demás colaboradores, los iniciáticos Hahn y Strassmann, y la “Teoría del Orgón”, cuyo diseño de la máquina había sido destruido por Estados Unidos y había mandado como colación a la cárcel hasta el día de su muerte a Wilhelm Reich. Y lo alucinante es que si ahora tú entras a Google y presionas “la máquina del Orión” aparecen muchos estafadores que te lo ofrecen a precios onerosos, y nadie les dice nada. Yo hice un diseño de mi propia máquina, espero algún día hacerlo realidad.
Eran y son pues, muchos libros de poesía -por decir lo menos- los que conforman mi zócalo continental literario en esta base del edificio que es la poesía y en la que se tiene que subir grada por grada, porque no hay ni habrá ningún tipo de ascensor.
Empezaré por mencionar conforme vayan pasando por el panel de mi memoria: Eguren y su alma de niño, Vallejo y el dolor omnipresente, Oquendo de Amat y su ternura hipostática: madre-realidad-alucinación, Vicente Azar y su excelente poema “Porgy y Bess llegando al Central Park”. Claro también en esas épocas leí a Neruda y sus “Versos del Capitán”, nunca me gustaron sus “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, el título me parecía ridículo. El amor más que desesperación es pasión, erotismo, romanticismo o como dice Dante Alighieri en la parte final de la “Divina Comedia” lo que hace girar al mundo; pero de ninguna manera desesperación, eso es una patología, una perversión económica del amor en el sentido editorial, claro es más vendedor decir “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” que decir sólo y a secas “Veinte poemas de amor”. De todas formas cómo olvidar “La canción desesperada”: Emerge tu recuerdo de la noche en que estoy // El río anuda al mar su lamento obstinado. // Abandonado como los muelles en el alba. // Es hora de partir, oh abandonado! // Sobre mi corazón llueven frías corolas. // oh sentina de escombros, feroz cueva de náufragos! // En ti se acumularon las guerras y los vuelos. // De ti alzaron las alas los pájaros del canto. //Todo te lo tragaste, como la lejanía. // Como el mar, como el tiempo. Todo en ti fue naufragio! Y todo esto escrito antes de los veinte años?!
Otros autores que leí compulsivamente fueron Octavio Paz, aunque de verdad lo prefiero como ensayista. Antonin Artaud cuyos libros “El Teatro y su doble” engendra al teatro del dolor y a Judith Malina y al gran Grotowski, “El Ombligo de los Limbos” o “Los Tarahumaras” y sus aventuras con el peyote en México al que fue totalmente misio y casi sin zapatos. O esa “Carta a los Poderes” que fue un gran descubrimiento en mi adolescencia. Alejandra Pizarnik y su lucha por dejar de vivir (leer su “Extracción de la piedra de la locura” y también su “Árbol de Diana”, “El Infierno musical”, “Los trabajos y las noches”). Vicente Huidobro y su creacionismo (leer Altazor, pero también: “Ecos del alma”, “Canciones en la noche”, “Pasando y pasando”, “Finis Britanniae”, “El Viaje en Paracaídas”, etc.) El antipoeta Nicanor Parra que recientemente ha expuesto unas esculturas flotantes donde muestra a los presidentes chilenos -como debieran de estar- ahorcados y colgando de un muro (leer desde su “Canciones sin nombre” 1937, “Poemas y antipoemas” 1954, “La Cueca Larga” y el “Versos de Salón” y “Discursos” escrito con Pablo Neruda, y también su “Ecopoema y Poemas y antipoemas a Eduardo Frei”. En 1998 editó “El rap de la sagrada familia”. El poeta azul Rubén Darío y su onda modernista, leer su “Epistolas y poemas” “Tierras Solares”, “Todo el Vuelo” etc.
Voy a mencionar una serie de nombres sin un orden aparente de los que me acuerdo, en ese tiempo eran mis lámparas con las que iba tanteando con mi adolescencia a cuestas el camino como Diógenes: Jack Kerouac “En el Camino” cuyo libro me lo prestó Chío Hervias, “Visiones de Cody”. Ferllinghetti a quien leí parcialmente, recuerdo que Virginia Benavides tiene un libro original de este autor que fungió de editor de Ginsberg , hay que recordar que él tenía una librería y ahí creó el sello con el que salió “Aullido”. Kenneth Patchen, Gregory Corso y su “Feliz Cumpleaños de la Muerte” -de la colección Visor que lo dejé en venta en el jirón Quilca y creo que lo compró Willy Gómez-, Norman O’Brown, los escritores parias y vagabundos de la Angry Young Men de Inglaterra con el gran Colin Wilson a la cabeza y su extraordinario “A la deriva en el Soho” , aunque ahora se ha dedicado más a cuestiones ocultistas y temas relacionados a fenómenos parapsicológicos.
Otros, Hölderlin, Walt Whitman (“Hojas de Hierba” cuyo libro lo presté a un amigo y se negó rotundamente a devolverlo, a cambio me ofreció un libro cada vez que nos encontráramos, así que a la larga salí favorecido, además Whitman lo merecía).El gravitante Eliot, Cavafis, Victor Hugo, Robert Desnos, Carpentier, Max Jacob.
Continúo, aunque debí mencionarlos primero por cuestiones de orden, pero soy desordenado por naturaleza; definitivamente los clásicos desde “La Iliada” y “La Odisea” de Homero, pasando por Píndaro, el poeta lírico autor de “Odas Triunfales”, “Elogio de Atletas Vencedores”, Sófocles, que es el antecesor más remoto de Freud por el análisis de las pasiones y la psicología de los personajes: “Antígona”, “Electra”, “Edipo Rey”, “Ayax Furioso” etc. En general y salvo muchísimas omisiones creo que éstos eran mis guías espirituales a fines de los ochentas y principios de los “maravillosos años noventa”. Ahora que ha pasado el tiempo veo con nostalgia a estos autores y solo me queda seguir mi silencioso camino de lector buscando y rebuscando la piedra filosofal con la que derribaré al Goliat de la soberbia intelectual o lo que es lo mismo, la ignorancia sin modales o la pose del “escritor pensante” que tiene que vender a toda costa una editoral.
El sountrack o la banda sonora de toda esta época, si se puede decir así, está compuesto por los temas que salían en “Disco Club” que dirigía el primer Gerardo Manual, voy a tratar de mencionar nombres y algunos títulos que recuerdo porque es necesario entender que la poesía y en general todas las artes están entrelazadas y se funden unas a otras y los lazos casi siempre son invisibles y hay que recordar que tanto la poesía como la música son artes de tiempo, mientras que las otras artes como la escultura, pintura, dramaturgia, etc. lo son del espacio. Así son Snack y su “My Sharona”, Kiss y su “Nací sólo para amarte”, Deep Purple y su vinilo “Machina Head” en la que están los temas fabulosos “Highway Star”, “Smoke on the Water”, “Lazy”, “Space Trucking”, etc. También recomiendo sus otras producciones por ejemplo el “Burn” (Arde), o el concierto en vivo realizado en el Japón: “Made in Japan” un album color verde limón, aunque también el “Made in Europe”. AC/DC con el gran Angus Young y Simón Wrigh, aunque muchos prefieren como cantante a Bon Scoth, recomiendo el vinilo, aunque ahora pueden pedirlo en CD: “Black in Black”, “Fly on the Wall” y el genial “Carretera al Infierno” que siempre aparece en cortinas de muchas películas de terror.Journey, Motorhead, The Allman Brothers Band, el genial Jimmy Hendrix y su “Niebla Púrpura”, “Hey Joe”, “Vudu Child” y por esta línea inopinadamente a Stevie Ray Vaughan, quien murió en la flor de su juventud, ese concierto en el “Mocambo”, aunque este es ya más cercano a estos tiempos, igual es un pase-de-vueltas, qué excentricidad, da ganas de dejar de escribir y vivir en constante estado de catarsis o como ciertos gurús de la India enterrados hasta el cuello.
Black Sabbath y su excelente guitarrista Tommy Iomi, dicen que tuvo que aprender a tocar con la izquierda porque perdió movilidad en un dedo. Ozzi Osbourne sí me cae mal, su voz es muy buena, pero sus actitudes dejan mucho que desear y sobre todo porque ahora último se ha dedicado a hacer dinero a toda costa, el caso de su hija es patético.
Bueno sigo, Thim Lizzy, The Cream, dicen que Chacalón escuchaba a esta banda por eso le puso a su conjunto “La Nueva Crema” (escuchar de rigor a “Chacalón y la Nueva Crema”). David Bowie cuando se disfrazaba de marciano y con hombreras es todo un caballero sobre todo cuando ayudó a salir del pozo a Iggy Pop; el genial Lou Reed cuando “llamó” a la bella modelo Nico a cantar (aunque todos sabemos que el verdadero “culpable” fue Andy Warhol) me pareció genial verlo en una película de Win Wender, en esa donde sale un ángel parado en una torre de Berlín, de todas maneras hay que ver las otras películas de Wenders como por ejemplo la literaria “Hammeth, investigación en el barrio chino” o “Paris- Texas”, etc.
Grand Funk y sus geniales temas, aunque me gusta más cuando eran trío (power trío), después con el cuarto integrante, el que tocaba el órgano, todo se enfrío, demasiado tecnicismo a veces acartona y enfría el mensaje y el canal y el receptor se recienten.
Mötley Crue, Iron Maiden, hace poco vino al Perú a ofrecer un concierto Paul Dianno, su primer vocalista aunque ahora está gordo y calvo parece un cantante de reggaeton. Cinderella y sus miembros andróginos, Tean Years Alter y su guitarrista Alvin Lee sobre todo cuando toca ese tema “Helicóptero” y está referido a los helicópteros que traían a los jóvenes muertos de Vietnam. Bachman Turner Overdrive, el famoso BTO y sus “Buenos Negocios”. King Crinsom, The Holies y su “Mujer Alta y Fria Vestida de Negro”, etc, etc.
Habiendo transcurrido algunos años, ¿qué opinas de la llamada promoción o generación del 90?
Es en la década del ochenta cuando realmente me empiezo a mover en este submundo del arte y la contracultura; recuerdo -es un decir, casi todo lo he reconstruido en mi memoria con breves visiones, fragmentos y situaciones que viví o me contaron de primera fuente y datos corroborados con los que de una u otra forma participaron en mis recuerdos- por ejemplo en la desaparecida ANEA, algunos años atrás en el 77 ó 78, Róger Santibáñez hizo una huelga de hambre junto a otros poetas alucinados y de convicciones políticas a prueba de fuego, en esos años yo vivía en el mismo jirón Puno, pero unas cuadras más arriba, a una cuadra de mi casa vivía Manuel Rilo, el cual iba a unas fiestas para pequeños adolescentes que organizaba “pepito” (José Rodríguez, homónimo del cantante), otro viejo amigo que radica ahora en Puerto Rico. Recuerdo que años después y ya en las rejas nos vimos con Manolo (Rilo) y nos reconocimos, fue en un concierto, había un pogo increíble y yo había salido a leer unos poemas en el micrófono, los borrachos celebraban; la literatura nos había reclutado y en ese tiempo estábamos en plena orilla del aprendizaje aunque la predisposición y las aptitudes estaban y no se perderían, sólo el humo azulado de los cigarros se disiparían hasta mostrarnos inmarcesiblemente otras realidades. Róger y ya a inicios de los noventas me contó lo de la huelga, fueron tiempos difíciles. De mi misma cuadra es Giussepi Mendiola, quizás muchos no lo conozcan, pero dentro de poco se le tendrá que reconocer por el talento innato que tiene. Recuerdo una vez me contó que cuando estaba en Bellas Artes del jirón Ancash y no tenía plata ni para las pinturas, se fue al basural del mercado “Buenos Aires” y recogió agallas de pescado para licuarlo y formar el color rojo, e igualmente hizo con el zapallo (amarillo) y las verduras podridas (verdes) y beterragas (morados), y nabos (blancos) y zanahorias (anaranjados), y cuanto desecho había en el contenedor y logró “pintar” un cuadro fabuloso que fue presentado en su aula de estudiante y el profesor tuvo que aprobarlo con la más alta nota, aunque no soportó el olor y lo mandó a su casa. La pestilencia era la sirena que se había encendido en el arte de Giussepi y no se apagará hasta que le hagan caso. Ahora último ha logrado vender unos cuadros en el extranjero y se ha comprado un terreno en Chorrillos.
Ese talento ante la adversidad es algo que siempre he tenido presente y es parte de mi filosofía de vida y determina tangencialmente mi escritura.
Bueno, continúo, en 1980 estalla la guerra interna pero también la onda subterránea y anárquica estaba por dar el gran salto. Creo que fue Helen Ramos la primera en hacer un reportaje a “los vándalos” como se les llamaba en esa época, y ese artículo si más no recuerdo salió en la revista “Laberinto”número 7. Esto de los vándalos creo fue un invento de Belaúnde quien como ese dibujo de Alfredo vivía en las nubes, sino recordemos que en un principio a los levantados en armas les decía abigeos (“Sobre el Volcán” Diálogo frente a la subversión. María del Pilar Tello. Editorial CELA. Leer en especial la introducción y las entrevistas a Mercado Jarrín, Diez Canseco, Metzinger y Valle Riestra).
Recuerdo claramente el concurso de rock no profesional en el año 1986 en la primera No Helden en el jirón Chincha con Wilson. Los rockeros hacían su aparición y se apoderaban de las esquinas. En esos tiempos yo escribía canciones y algunos textos largos y complicados los guardaba secretamente; de ahí saldrían los primeros poemas de “La Túnika” que tuvo varias versiones que armaba artesanalmente y los regalaba a los amigos más cercanos. Pancorvo siempre me hace presente que tiene un ejemplar.
De esta forma con la música y ya cercano a los poetas bohemios y ex-kloakas me fui precipitando a los abismos y a la cima de la poesía, al Taigeto donde arrojaban los griegos a los niños defectuosos.
Recuerdo un poema que escribí en mi inaugurada libreta electoral que era anaranjada y de tres cuerpos, ahí escribí un texto en el que me comprometía con la literatura y con la verdad hasta el día de mi muerte. Mi documento de identidad me lo robaron en un micro de la José Leal, no el azul con rojo (que ahora llega hasta Comas, kilómetro ocho y medio), sino el plomo que tenía el motor atrás y botaba una estela terrible de humo negro como un pasado que perseguía al carro hasta el último paradero. Quiero agregar que a pesar del tiempo mi promesa sigue intacta.
En el año 1990 ó 1991 fui a un recital que se organizaba en la biblioteca nacional, ahí conocí a varios poetas de la que sería realmente mi generación. Vi y escuché leer a Willy Gómez y a Carlos Oliva, recuerdo que el público eran sólo cuatro personas, dos poetas conocidos, uno de ellos era Gustavo Armijos y el otro Ramírez Ruiz, y las otras dos personas eran una amiga que le tenía cierto temor a los poetas y yo en la oscuridad de las butacas tipo cine de barrio y el olor a rancio y creso que salía del baño.
Era la primera vez que yo me encontraba realmente con mi promoción poética, hasta antes sólo había tenido acercamientos individuales, como con Josemári Recalde a quien conocí con uniforme de colegio, a Juan Vega con quien nos encontrábamos en la puerta del BCR para guardarnos cola y ganarles un sitio a los jubilados y porque “teníamos” que ver muchas películas, era para nosotros un deber y después nos íbamos por ahí a comentar lo visto: “Betty Blue”, las películas de Truffau, Godard, las películas neorrealistas de Scola (la excelente “Feos, Sucios y Malos”), o de Sica, o el cine negro norteamericano, etc.
A Rubén y a Paolo los conocí en un recital organizado por la municipalidad de San Martín de Porres. Había muchas pilas en esos tiempos. A Sarmiento y a Willy los conocí en otro recital en la facultad de letras de la Garcilaso en la avenida Brasil. A los Cultivo, con su líder que no era poeta sino plástico: Víctor Zambrano en San Marcos, o perdón en la playa, fue un verano, había un concierto y estaban todos los muchachos de nuestra generación ahí tostándose bajo el sol, yo andaba con un grupo y teníamos ganas de tomarnos un trago y sólo teníamos un poco de “orégano” para hacer el trueque, no sé cómo nos aliamos todos, creo que vía Chio Hervias, ahí estaba Juan Ramón, el Rudy Pacheco -que acaba de editar “Alucinada Cordelia” en el “Hipocampo” de Teófilo-, el Eduardito Braga, el Renato Salas, el gran Víctor que ahora tiene una hijita y es mi vecino en Pueblo Libre, a veces nos reunimos para recordar los viejos tiempos. La cosa fue que jugamos un partido de futbol, el cual salió desastroso, Juan Ramón se ahogaba en la orilla y había que auxiliarlo, Rudy paraba en el suelo, Renato no sabía a donde patear, y el único que metió el gol de honor fui yo que también estaba embrutecido por el sol y no había tomado nada de agua, estaba deshidratado, pero la juventud todo lo puede, y como dicen algunas tribus de Norteamérica “los jóvenes son bellos y fuertes y los viejos feos y débiles aunque sabios”.
A los “Noble Catervas”, quienes eran mayores, los conocí en otro recital en la Villarreal, ahí estaba Johnny Barbieri con su Afrika Looks, la siempre delgadísima Roxana Crisólogo que pegaba sus poemas en el mural del patio y andaba con jeanes y sandalias, Leoncio Luque quien siempre me pareció y no me equivoqué, todo un señor, al loco Cadenas con su morral incaico y con el dedo índice arriba. Ah me estaba olvidando de Iván Segura a quien, en esos tiempos, lo invité a mi casa y compartimos el gusto por muchos autores, ahora creo que radica en Francia y se dedica a las traducciones, leí un libro muy bueno de él que se llama “Bosque de Formas”.
Con Carlos Oliva nunca intimamos, siempre nos mirábamos desde lejos, alguna vez nos tomamos un trago y le comenté ese poema suyo en el que sale “a regar las esquinas con sus orines” o algo así, él se río y levantamos el vaso, tenía una sonrisa franca.
Tengo una visión: Escena UNO: veo a Carlos Oliva poniéndole un cuchillo en el cuello a Róger Santibáñez en el puente Santa Rosa. Son dos extraños pero la poesía los salvará a ambos. Escena DOS: Carlos Oliva con su polo del Centro Victoria me vende unos caramelos, compro diez y me los meto todos en la boca, tengo un sabor amargo de los que duermen en la calle, el resabio verdoso de la droga y el emoliente con alfalfa que tomé en la madrugada en Quilca, Las Rejas Agosto-Septiembre del 90’. Escena TRES: Carlos Oliva corre con un reloj que logró arranchar a un transeúnte, nada lo podrá detener “sin límites de velocidad”, ni siquiera la combi que viene a 60 kilómetros por hora. Muchos querrán ocultar la verdad, pero para qué, si lo que importa es su poesía, y él está vivo ahí en cada verso, en cada palabra dejada para la posteridad. Escena CUATRO: estoy en la avenida Tacna cruzando el puente, estoy tratando de sacar un cartel de tránsito, estoy a quince metros de altura trepado como mono, me detengo ante los gritos de mis amigos, la vieja horda, cabellos largos, prendas de ropavejero, cadenas y púas. Un policía suena el pito, bajo apresurado y no logro evadir un alambre oxidado que me corta el brazo haciendo una horrible “ese”, ahora tendré tétanos hasta el día que me muera, aunque el tétano lo llaman enfermedad de los quince días, conmigo todo funciona diferente. Sigo adelante con mi vieja libreta de apuntes, aún tengo la sangre seca en hojas hongueadas. Alguien dirá que digo la verdad y sólo la verdad?! Ahora todo acaba. Todo se pierde en la nada, en la radio suena “Maldito sea tu nombre” aquella vieja canción de “Ángeles del Infierno”, aquella banda Heavy que tanto me gustaba a mediados de los ochentas, ahora tengo que apagar el interruptor o cambiar de canal para siempre. Fin de la visión.
Recuerdo que en ese tiempo vivía enamorado del ritmo, en Quilca había muchos bohemios que les gustaba declamar versos. Ahí también conocí a Hudson Valdivia quien era un perfecto declamador de los versos de Vallejo, tenía una personalidad increíble (casi siempre andaba en sandalias como los antiguos griegos) y desarrollamos una amistad bastante provechosa, años después en su velorio me encontré con Lubby Valdivia con quien yo había estudiado periodismo y que era su hija y yo no lo sabía, nunca lo supe hasta ese día. Le di el pésame y me puse a pensar en todo lo que uno no sabe por no preguntar, por no ser acucioso, pero si Lubby era, es idéntica a Hudson. Nunca más la volví a ver, creo que ahora está casada con un empresario transportista que tiene una flota de combis.
Volviendo, recuerdo también a Guadalupe, un activista de izquierda con quien competimos alguna vez, declamando versos de Manuel Scorza, y es que Scorza era su alter ego, Guadalupe declamaba los versos como si fuese una rockola a la que hubiesen echado muchas monedas. No se equivocaba por nada y tenía aprendido -podría asegurarlo- libros enteros, el poemario “Los Adioses”, las primeras partes de “Redoble por Rancas”, “Garobombo el Invisible”, etc. Creo que Guadalupe había sido sacado de la novela “Fahrenheit” de Ray Bradbury en la que para no perder la información por la quema de libros se le asigna a cada uno aprenderse un libro entero. Ahora por ahí me cuentan que está en un alto cargo en la “Derrama Magisterial”. Ah por cierto, me olvidaba que Guadalupe me contaba que su espíritu se había fortalecido las veces que estuvo encerrado en seguridad del estado, y ahí sólo le quedaba declamar en voz alta los poemas de Scorza a pesar de las condiciones precarias y las torturas a que lo sometían.
Luego del colegio pasé a una etapa de contemplación que duró dos años, durante los cuales, lo único que hice fue leer en la biblioteca nacional. Me iba desde temprano a la avenida Abancay, entregaba mi carnet de lector, que por cierto todavía conservo, y devoraba todo lo que estuviera a mi alcance, sin orden, sin líneas a seguir, sin temáticas establecidas, era una bestia enfurecida que quería aprender lo que fuese. Recuerdo que salía en las noches un poco mareado, casi sin haber comido nada. En casa pensaban que yo estaba en una academia de esas que te preparan para la universidad de forma “estricta e intensiva”, claro el dinero de la academia me servía para comprar libros y comer algo por ahí. En ese tiempo los libreros todavía estaban en la avenida Grau, para mí era una delicia tenerlos cerca a sólo tres cuadras de donde vivía. Ahí, muchos me conocían, hasta me apodaban “el loco” (no el de Gibran, prefería ser el loco de Nietzsche, “el que se acerca a la divinidad” o el de Foucault “el que tiene de decisivo en la humanidad”), a mí me daba igual porque así tenía cierta autoridad, como si tuviese una tarjeta de descuentos para pagar menos por los libros. Así que mi cargamento de libros y revistas fue creciendo hasta que hizo peligrar el cuarto que compartía con mis otros hermanos. Mi madre botaba mis periódicos, los que recogía en las calles, hasta que un día tiró a la basura unos libros que consideraba viejos , y me di cuenta, aunque suene a una aberración, que la limpieza doméstica o la “higiene-de-la-casa” o como quieran llamarlo, a veces se opone a la cultura, y es que un libro de viejo a veces guarda una cantidad increíble de ácaros, bacterias, estreptococos, bacilos de Koch, Salmonellas y cuanta suciedad halla podido impregnarse y uno a veces duerme con los libros, he ahí el gran problema. Y como si mi metabolismo le hiciera caso a mi madre desarrollé una alergia terrible a los ácaros que se combinó en una dupla casi imposible de ganar con mis enfermedades respiratorias; sino eran los bronquios, eran las amígdalas o la sinusitis o la faringe o la garganta, y encima tenía que usar el spray Ventolín para la crisis asmática y un montón de antihistamínicos y me moría de sueño, tipo la tripanomiasis y la mosca tze tzé , y me di cuenta que la avenida Grau con sus cientos de libreros, con sus carros viejos y destartalados y su humo negro carbónico combinado con el de las carretas de fritangas y comida al paso me estaba matando lentamente, estaba siendo arrastrado por toda esa parafernalia monstruosa al precipicio, a la boca del Etna. Tenía que salir y no había forma, así casi por recomendaciones médicas y como mi familia no podía mudarse por razones crematísticas ingresé a la Universidad Enrique Guzmán y Valle, “La Cantuta”, con sus verdes follajes y sus cerros, apus protectores y su clima de paraíso, pero como sufría de un “transtorno de ansiedad generalizada” y de un hambre intelectual -que hasta el día de hoy no he podido saciar- entré a la vez a estudiar periodismo en la Escuela “Jaime Bausate y Mesa” de la Residencial San Felipe, aparte de que acudía como alumno libre al Jardín Botánico, a las clases de necropsia, taxonomía, etc. y de otros destripamientos que me parecían maravillosos por la cantidad de arterias, vasos, ligamentos, órganos, músculos y huesos que uno tiene adentro. Aparte era alumno de “Electrónica” en un conocido instituto industrial. A veces ya ni siquiera iba a dormir a Lima , me quedaba en casa de unos amigos de esas épocas, estudiando y leyendo, debatiendo lo que sea, a veces en la calle tomando un emoliente o un trago o cualquier bebida. A veces en la Residencial, arriba de uno de esos edificios observando la ciudad, como un gran monstruo que acechaba dispuesto a dar el zarpazo final. A veces “dormía” en “La Cantuta”, dormir era un decir porque las noches eran inevitables, el sonido de los pájaros, los grillos y los millones de estrellas sobre la cabeza, quién iba a dormir así. Ahí crecieron mis raíces poéticas hasta toparse con la Gaia, aquella ciencia extraña inventada por Lovelock (el nombre por cierto lo puso Baldwin el del “Señor de las Moscas”).