¿Con esta novela vuelves al tema de siempre, el amor?
Sí, en Si mi amor fuera cometa (editorial Arsam) soy un reincidente en el tema del amor. Esta novela es un homenaje a la historia de mis padres. La historia que se relata es la historia que me contaron, por una lado, mi padre y por el otro, mi madre, con respecto a la historia de amor que ellos tuvieron. Me atrajo mucho la época en la que está ambientada, que es la dictadura de Velasco. Es una novela cuya temática es amorosa, pero con un contexto político.
¿También novela de época?
Claro que sí. Para poder escribir esta novela investigué como un año, hurgué en los archivos. Me iba a los remates de libros y revistas de viejos. Me interesaba impregnarme. Es más, la novela tiene una banda sonora sobre la música de la época.
¿El tópico del plebeyo y la chica de alcurnia ha vuelto con esta novela?
Sí, ha vuelto. En realidad, la novela presenta una historia de amor entre la hija de un hacendado del norte del Perú y un dirigente estudiantil de izquierda que está metido en la honda hippie. La vuelta de tuercas que intento darle es que siempre la cuestión política tenga mucho más que ver en esta historia de amor.
Pero el velascato fue contradictorio en muchos casos.
Fue una época bastante contradictoria, si bien es cierto el velascato va a terminar con ciertos privilegios de la oligarquía peruana y reivindica los derechos de las masas, para el Perú, como país, resultó una época bastante difícil y que generó, finalmente, una crisis económica que hasta hace poco hemos tenido que pagar.
¿Intentas universalizar esta historia de amor?
Sí, tomo esta anécdota familiar para crear un microcosmo. En ese sentido quiero que la novela sea como una novela juvenil, amorosa, pero ambientada en un contexto ideológico, de izquierda, bastante fuerte.
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